Arte gazatí contra la deshumanización del pueblo palestino
EFE/ Patricia Martínez




Birzeit, Cisjordania.

La sala principal de exposiciones del Museo Palestino de Birzeit, en Cisjordania ocupada, se asemeja a una especie de cámara faraónica funeraria: en el centro, descansan los escombros de una Gaza desecha, y a ambos lados, refulgen las obras de un centenar de artistas gazatíes.

El Museo Palestino, cerrado desde el inicio de la ofensiva bélica israelí el pasado octubre, reabre esta semana sus puertas a fin de crear un espacio colectivo por y para Gaza, en el que se muestran unas 280 piezas, en su mayoría pinturas, de algunos de sus mejores artistas y talentos emergentes.

“En Gaza hay pintores, poetas, seres humanos que amaron y que aman, y ese reclamo (llamarlos 'animales humanos') es una excusa para asesinar a su gente”, explica a EFE Amer Shomali, director del museo, molesto por la deshumanización constante de los palestinos.

  • Los cuadros, divididos en tres niveles hasta alcanzar el techo, muestran retratos figurativos, imágenes de desposesión, olivos y tierra, grafitis de la Segunda Intifada.

El zumbido de un dron israelí es ubicuo y constante, al igual que en la Franja de Gaza y en algunos campos de refugiados de Cisjordania, mientras que la pared de enfrente refleja imágenes de la actual ofensiva bélica en el enclave.

Las obras, que ya estaban fuera de Gaza cuando comenzó la guerra, fueron recopiladas de universidades y galerías palestinas en Nablús o Belén, pero también de casas de particulares y coleccionistas gracias al boca a boca y a la colaboración de las galerías gazatíes Eltiqa y Shababek, ahora deshabilitadas.

  • Entre ellas, se incluyen fotografías de la ya fallecida Laila Shawa, paisajes de Motaz Naim o pinturas de Hani Zurob, nacido en Rafah y exiliado desde hace décadas en Francia, en las que aparece dibujado su hijo aprendiendo a volar.

Hay también obras de seis artistas asesinados en la guerra, como es el caso de la pintora, novelista y profesora Heba Zagout; muerta junto a dos de sus hijos en un ataque aéreo israelí el pasado 13 de octubre.

“Es una pérdida de proporciones catastróficas”, dice el coleccionista Mahmud Abuhashash,

quien ha cedido veinte obras al museo, y que lamenta no solo el "exterminio de la vivacidad de la escena artística de Gaza” sino también de su arquitectura, patrimonio cultural, lugares históricos y tradiciones.