Zapopan, Jalisco.
“Lo que es hermoso es volver a Guadalajara. Si el mundo vino a México y se apropió de México lo nuestro, la función nuestra es utilizar el pinche pasaporte. Nosotros vamos y reclamamos lo que nos toque (a otros países), para eso sirve el pasaporte”.
El mexicano del momento se llama Guillermo del Toro, es un cineasta tapatío que igual desayuna en Santa Tere que se codea con Madonna en las fiestas del Oscar. Este hombre al que sus amigos le apodan “el gordo” es un tipo de 53 años al que ni siquiera su papá le creía; que su sueño era hacer cine.
“Me acuerdo mucho cuando mi papá me presentaba como su hijo, el que quería hacer cine. La gente pensaba: pobre cabrón”.
Guillermo del Toro volvió a llenar la sala Plácido Domingo del Conjunto de Artes Escénicas (CAE). Ahí volvió a sacar el tema de la rabia para encauzarla ante las dificultades de la vida.
Pero más allá de un meme, su realidad la fundamenta en sus raíces mexicanas. “La neta, lo bonito de esto es que somos nosotros. Nuestra forma de ver el mundo es completamente diferente. La relación de México con el azar, el instinto que tenemos para maniobrar (con las dificultades) es único, la plasticidad para afrontar un problema o un reto estético, es muy nuestro”.
Del Toro le pidió a los jóvenes presentes a que utilicen el tiempo a su favor. Porque lo que es oficial es que “yo soy el pasado y ustedes el futuro”.
“Están en la edad exacta de la desesperación”. El hombre de 53 años que confiesa que nunca se sintió tan viejo como cuando tenía menos de 30 años. Y esa la importancia que él le da a sus espectadores. Y les dice que no, porque “tienen un chingo de tiempo. Ese es un valor concreto que sí tienen. Utilicen la alquimia, la rabia bien dirigida que les da, esa alquimia transforma materiales intangibles”.
Aprovechó también para invitar a los jóvenes a que participen en las becas que él mismo patrocinará. Para dejar de esperar los apoyos de “ellos”: el gobierno, las instituciones, los hombres de negocios. Para empezar a hablar de “nosotros”, como las personas responsables de abrir la puerta a las nuevas generaciones.