Nuevas manifestaciones en Irán a favor del régimen




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Miles de personas volvieron a manifestarse este jueves a favor del régimen en Irán, un día después de que las autoridades proclamaran "el fin de la sedición", el movimiento de protesta que ha dejado 21 muertos desde la semana pasada.

Tras varios días de disturbios en el país, la capital, Teherán, y la mayoría de las ciudades de provincia pasaron una segunda noche en calma. Ahora el poder quiere centrar la atención en las reivindicaciones económicas de los manifestantes.

Los medios y redes sociales no informaron de ninguna manifestación nocturna aunque se publicaron videos de congregaciones esporádicas de protesta en pequeñas localidades, que no han podido ser verificados.

El jueves la televisión iraní sí divulgó en cambio imágenes de nuevas e importantes manifestaciones de apoyo al poder en las ciudades de Isfahán (centro), Mashhad (noreste), Orumieh (noroeste), Babol o Ardebil (norte).

"Estamos todos juntos, tras el Guía" supremo, el ayatolá Ali Jamenei, gritaban los manifestantes, según las imágenes de la televisión de Estado.

El miércoles, decenas de miles de personas ya se habían manifestado en varias ciudades para apoyar al régimen y denunciar la violencia de los últimos días.

Las autoridades acusan a los "grupos contrarrevolucionarios" y a los Muyahidines del Pueblo de crear disturbios, aprovechándose de las manifestaciones "legítimas" de la población contra las dificultades económicas.

Las manifestaciones, que empezaron el pasado jueves, han dejado 21 muertos, en su mayoría manifestantes, y centenares de personas han sido arrestadas, 450 de ellas en Teherán. Numerosos coches y edificios oficiales fueron atacados o incendiados.

- Moscú advierte a Washington -

El comandante en jefe del ejército, Abdolrahim Musavi, agradeció a las fuerzas de seguridad que hubieran "apagado el fuego de la sedición". 

La víspera, los Guardianes de la Revolución -ejército de élite del régimen- anunciaron el fin de un movimiento de protesta sin precedentes desde las manifestaciones que siguieron a la reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad, en 2009.

Según el ministro del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, unas 42.000 personas participaron en las manifestaciones, muchas menos de los cientos de miles de personas que salieron a las calles en 2009.

Irán acusa a los Muyahidines de estar vinculados a Arabia Saudita, rival regional de Teherán, a la que acusa, junto a Estados Unidos, de atizar los disturbios al apoyar las manifestaciones.

El embajador iraní ante la ONU, Gholamali Khoshroo, se quejó ante el Consejo de Seguridad de las "injerencias" de Estados Unidos en sus asuntos internos.

Desde el inicio de las protestas, Trump ha apoyado a los manifestantes y condenado al gobierno iraní. La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, pidió "reuniones de urgencia" del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York y del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, sobre Irán.

"Condenamos en los términos más fuertes posibles las muertes hasta la fecha y las detenciones de al menos mil iraníes", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.

Esos muertos "no serán olvidados", añadió la portavoz.

Posteriormente el Departamento del Tesoro informó de nuevas sanciones contra el régimen iraní, concretamente contra cinco grupos industriales vinculados al programa balístico.

Rusia, aliada de Irán, advirtió a Washington contra cualquier intervención en los "asuntos internos" de su "amigo". 

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se expresó en el mismo sentido.

"Algunos del extranjero provocan la situación, y estas provocaciones no son correctas", declaró Erdogan a la cadena francesa TF1 en Estambul.

- Resolver los problemas económicos -

Los políticos iraníes, tanto reformistas como conservadores, critican los disturbios que empezaron el 28 de diciembre en Mashhad, la segunda ciudad de Irán, pero abogan por encontrar una solución política a los problemas económicos, en especial el desempleo, que afecta a cerca del 30% de los jóvenes.

Pese a que las protestas empezaron con reivindicaciones económicas, también incluyen demandas de tipo político.

"La principal demanda de la gente al gobierno es que se resuelvan los problemas económicos", afirmó el miércoles Ali Akbar Velayati, el consejero del Guía Supremo para asuntos internacionales, citado por la agencia Isna.

El presidente iraní, el reformador Hasan Rohani, reelegido en el cargo en mayo, había prometido a su llegada al poder, en 2013 trabajar para mejorar la situación económica y social, una esperanza ahora más sólida tras el acuerdo sobre el programa nuclear iraní de 2015 y el levantamiento de algunas sanciones internacionales contra Teherán.