Guadalajara, Jalisco.

Tras casi seis meses de convivir con la pandemia de la COVID-19, los ciudadanos, ya habituados a las nuevas formas de estar en el espacio público, reconocen que las medidas de protección personal ya se han relajado y es más frecuente ver en las calles, camiones, mercados y plazas públicas y comerciales a gente que no utiliza cubrebocas, que es el principal protector contra el nuevos coronavirus.

En el Centro Histórico de Guadalajara es un punto de conexión para quienes van a sus trabajos o para quienes acuden a realizar comprar o sencillamente a desayunar o pasar la mañana, ahí la imagen de gente sin cubrebocas es una constante, lo mismo que en zonas periféricas de la ciudad.

No hay distinción, policías municipales, militantes de Morena que reúnen firmas para enjuiciar a expresidentes, jóvenes y adultos; incluso personas adultos mayores que son grupo de riesgo evitan usar el tapabocas con pretextos varios pese a estar conscientes de los riesgos que implica para la salud individual y del colectivo la omisión de esta medida.

Los indicadores nacionales de los efectos de la pandemia no mejoran, el país alcanzó ya más de 650 mil contagiados y está cerca de llegar a la cifra de 70 mil defunciones. En Jalisco el escenario no es mucho mejor, pese a que se ha evitado la activación del botón de emergencia, tan solo en el último corte del 10 de septiembre se sumaron 704 nuevos casos confirmados y 37 muertes.

La zona centro de Guadalajara es parte de las áreas de Jalisco marcadas en color rojo, es decir con alto riesgo de contagios por casos activos y sin embargo, sitios públicos como la plazoleta del mercado Corona ya no están delimitadas como hace semanas, por lo que los ciudadanos se concentran ahí para hacer uso de las bancas.