Una Romería sin romeros ni turistas por la pandemia de COVID-19
Fotografía: Gobierno de Zapopan




Guadalajara, Jalisco. 

La Romería no solo es una peregrinación católica local, sino que se ha convertido en una atracción turística nacional e internacional con la reciente declaratoria de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La devoción por acompañar a la Virgen de Zapopan a su Basílica para agradecer favores recibidos, hacer peticiones especiales e incluso pagar mandas contribuye a que sea un evento social al que acuden visitantes del interior del estado y del país, así como algunos extranjeros, pero los más constantes también aprovechan para hacer un día de campo en los costados del arroyo Atemajac, sobre avenida Patria.

Decenas de autos y familias cobijados por la intensa sombra de los ahuehuetes suelen configurar la ya tradicional imagen de un 12 de octubre frente al bosque Colomos, donde los romeros foráneos llevan su propio mobiliario y comida para descansar después de la peregrinación.

Pero este año no hubo tal convivencia, como la mayoría de las actividades colectivas en el mundo se suspendió por la contingencia sanitaria. El día transcurrió sin familias que disfrutaran una de las zonas más frescas dentro de la ciudad gracias al arroyo, los árboles y manantiales que afloran en el bosque Colomos. La zona lució vacía.

Sin embargo, esta falta de afluencia también permitió que se generara apenas el 5 % de basura que suele registrarse año con año en la Romería de Zapopan.