Kiev, Ucrania.
Ucrania anunció el jueves que desplegaría miles de guardias fronterizos y policías en su límite con Bielorrusia, en medio de una crisis migratoria que Bruselas acusa a Minsk de haber provocado.
Más de 2 mil migrantes, entre ellos kurdos de Oriente Medio, llevan varios días bloqueados en un campamento improvisado en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, donde soportan temperaturas cercanas al punto de congelación.
La situación preocupa cada vez más a la comunidad internacional, y el Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto debatir la cuestión el jueves.
Ucrania, que comparte frontera con Bielorrusia al norte y Polonia al oeste, trata de evitar una situación similar en su frontera, aunque la principal llegada de migrantes se sitúa a más de 200 km de la antigua república soviética.
El ejército ucraniano desplegará 8.500 efectivos adicionales, incluidos 3 mil guardias fronterizos, 3.500 miembros de la Guardia Nacional y 2 mil policías en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, anunció el jueves el ministro del Interior ucraniano, Denys Monastyrsky.
Aunque los guardias fronterizos ucranianos afirmaron el jueves que "no hay ninguna amenaza" procedente de territorio bielorruso, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó que su país "responderá adecuadamente" a cualquier evolución de la situación en la frontera, durante una conversación telefónica con su homólogo lituano, Gitanas Nauseda.
Los europeos llevan semanas acusando al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, de alimentar la crisis al expedir visados a los migrantes y canalizarlos a través de la frontera en represalia por las sanciones de la Unión Europea.