La Haya, Holanda.
Las trabajadoras del sexo en Holanda advirtieron el jueves que organizarán una protesta para denunciar el cierre continuado de los burdeles, mientras que varios restaurantes y cafés tienten previsto reabrir sin autorización.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, anunció el martes que se mantendrán algunas de las medidas para combatir la pandemia de covid-19, incluyendo el toque de queda y el cierre de bares, cafeterías y restaurantes.
No obstante, decretó una flexibilización para la mayoría de las profesiones llamadas de contacto, con la reapertura de los salones de peluquería y de masaje a partir del 3 de marzo.
Según Rutte, las trabajadoras del sexo no han sido autorizadas a reanudar su quehacer -no pueden hacerlo desde diciembre- debido a "la naturaleza específica del trabajo, que implica un contacto muy estrecho y la posibilidad de transmisión del virus".
Las trabajadoras del sexo, cuya labor es legal en Holanda desde 2000, tienen previsto reunirse el martes ante el Parlamento para protestar.
"Vamos a protestar porque somos la única profesión de contacto que ya está excluida de la flexibilización de las medidas gubernamentales", declaró Moira Mona, una de las organizadoras de la manifestación.
"Tenemos un estricto protocolo de higiene y sabemos, quizás mejor que nadie, cómo prevenir la transmisión del virus", explicó a la AFP.
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