<app-location-line>Abu Gosh, Israel.</app-location-line>
Isa Ibrahim muestra en su teléfono las fotos de su brigada de infantería que combate en Gaza. "¡Soy el único árabe!", detalla este habitante de Abu Gosh, pequeña ciudad árabe israelí que se aferra a su singular modelo de convivencia entre musulmanes y judíos.
"Mi madre me preguntó si lucharía contra los palestinos, pero entendió que quiero defender a mi país (Israel). Sólo queremos vivir en paz", relata a AFP este fotógrafo de 28 años, reservista.
Volvió a su casa después de una herida de bala en el brazo pero en pocos días regresa a la frontera con el Líbano, objetivo de los disparos del movimiento islamista libanés Hezbolá, aliado del Hamás palestino.
- A unos diez kilómetros al oeste de Jerusalén, Abu Gosh -nombre de una familia del Cáucaso establecida allí en el siglo XVI- es la única localidad árabe de la región.
Que en 1948, eligió el bando israelí durante la primera guerra israelo-árabe debido a razones históricas de buen entendimiento local entre judíos y árabes, que se remonta a la época del Imperio Otomano.
Aquí la población árabe dice sentirse israelí y no palestina.
Las calles están adornadas con banderas israelíes. Las mujeres en chilaba pasan delante de carteles en árabe y los israelíes almuerzan hummus, presentado como el mejor del país.
Lugar de convivencia
En la oficina del alcalde, Salem Jaber, hay un retrato del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y una foto enmarcada en la que da la mano al rey Abdulá II de Jordania, ferviente defensor de un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza.
"Abu Gosh es un símbolo de paz. Tenemos excelentes relaciones con nuestro vecindario judío", dice el edil, que lleva 20 años a la cabeza de esta localidad de 10.000 habitantes, compuesta en su mayoría por musulmanes y 150 familias judías.
Después del ataque sin precedentes de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, el alcalde admite que "los judíos comenzaron a tener miedo cuando escuchaban hablar árabe". Pero "permanecemos leales", afirma.
- La comuna prestó ayuda a los desplazados de las localidades atacadas por los comandos de Hamás en las afueras de la Franja de Gaza. "Cocinaron para ellos", relata.
En las semanas siguientes al ataque docenas de cohetes disparados por Hamás cayeron en Abu Gosh, matando a un joven musulmán de 19 años.
"Recibimos condolencias de Israel, del ejército y de la policía", continúa.
"Lo que ocurre nos hiere profundamente y queremos ser un puente entre nuestro país y nuestros hermanos palestinos. De hecho los judíos quieren venir a vivir aquí", destaca. Prueba de ello es la compra de apartamentos en construcción por parte de unas 400 familias judías.
Yiftach Eitan, arqueólogo judío de 31 años, vive en Abu Gosh desde hace dos años. "Vivir aquí en tiempos de guerra es muy especial. Es un lugar de convivencia", se felicita.
"Mi novia, que vive en Tel Aviv, tenía miedo por mí. Pero comprendió que en Abu Gosh todos estamos en el mismo barco", dice mientras que en Cisjordania ocupada, a menos de dos kilómetros de distancia, el conflicto ya causó unos 400 muertos.
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