México.
Tras disputar cuatro Juegos como velerista, la mexicana Tania Elías Calles volverá a ser olímpica en los Juegos de París 2024, ahora como entrenadora de Elena Oetling, ya clasificada en la clase ILCA 6.
Con su larga experiencia en el mundo de la vela, Elías lamenta la "falta de cultura náutica de siglos" en un país como el suyo, decimoquinto del mundo por longitud de costa. Pero cree que "a largo plazo" las posibilidades son grandes.
Tanis Elías y Elena Oetling disputan en Hyères la Semana Olímpica de Francia, en las proximidades de Marsella, donde se disputarán las pruebas olímpicas, para ajustar su preparación. Ambas compartieron con EFE sus impresiones.
P. ¿Cómo son las condiciones del mar en Hyères? ¿Iguales que las que esperan en Marsella?
R. (Tania) Para nosotros este evento es de preparación, para afilar algunas cosas técnicas. En competencia es el mejor momento de hacerlo para realmente ver en dónde estamos.
Las condiciones comparadas con las de Marsella tendrán sus diferencias, sobre todo por la geografía de la bahía, pero el tipo de agua y la ola son muy similares.
Sin duda alguna vendrá posteriormente un entrenamiento grande en Marsella, en el mes de junio, para estar en la sede y estudiar los patrones de viento, entrenar con gente de nivel y estar listas para el momento de los Juegos.
P. ¿Cómo llegará Elena Oetling a los Juegos?
R. (Tania) Elena, con una segunda experiencia, viene muy bien preparada. La flota de radial de mujeres tiene una capacidad de 43 atletas.
Con una solo por país, se vuelve una regata muy interesante y creo que Elena está muy bien preparada, así que vamos a hacer un papel diferente a lo que fue Tokio, con más experiencia.
(Elena) Los primeros Juegos Olímpicos siempre son una experiencia, no tienes muy claro qué es lo que va a pasar, cómo son o cómo se viven. En los segundos ya tienes más claro cómo funciona, el nivel de la gente. Cambia mucho la perspectiva.
La intención ya es ir a superar el resultado pasado (32ª). Pero parte de lo que aprendí en Tokio fue a disfrutar más del proceso, del camino a los Juegos.
Es un gran logro entender que no es un camino lineal, que hay subidas y bajadas y al final las cosas se van a acomodar.
P. ¿Algún objetivo concreto para Marsella?
R. (Elena) Me gustaría estar top 20.
P. Parecería que un país con tanta costa como México debería ser una potencia mundial en vela. Pero no tiene ninguna medalla olímpica. ¿Por qué?
R. (Tania) Hay una falta de cultura náutica de siglos, no está desarrollado este deporte. No es tan sencillo de solucionar, porque es un tema de recursos e infraestructura, pero también un tema de cultura general, de proporcionar maneras de que la gente se acerque al deporte.
Son pocas las marinas donde se puede desarrollar y se vuelve muy exclusivo, se vuelve caro. Tenemos más de 11.000 km de costa, que podría ser una cosa impresionante a nivel de desarrollo. Incluso en el plano municipal, simplemente con escuelas para aprender a navegar, incluso recreativamente.
Hay todo un tema atrás, pero a largo plazo se podría hacer algo muy interesante.
P. En una circunstancias ideales, con todo tipo de ayudas, ¿los resultados de Elena serían diferentes?
R. (Elena) Al principio me tomaba de forma muy personal mis resultados, pensaba que a lo mejor no tenía el talento o no era tan buena. Pero con el paso de los años, te das cuenta que al final es una suma de millones de oportunidades a lo largo de la vida.
Cuando te paras al lado de la campeona mundial o la campeona olímpica, somos en esencia lo mismo.
La diferencia es que ellas tuvieron una cantidad de oportunidades muy diferentes a las que yo tuve. Obviamente hay gente con más talento, pero al final no lo podemos saber porque yo no tuve ese tipo de oportunidades.
Pero venir de un sistema como el nuestro, si se le puede llamar sistema, también te da otro tipo de habilidades, así que es una balanza.
P. En los Juegos de París se dará por primera vez una paridad 50/50 entre participantes hombres y mujeres. En cambio, en el colectivo de los entrenadores las mujeres están aún muy lejos.
R. (Tania) Este balance entre hombres y mujeres me parece increíble. Como deportista, el mayor reto para mí no fue ser mujer, sino salir de un sistema deportivo en un país como el mío y, como sucede en muchos países de Latinoamérica, que tienen pocos recurso.
Ahora empieza a haber un movimiento para mentorear a más mujeres para que se vuelvan entrenadoras. Se ven más dentro del gremio, pero también como mujer se vuelve complejo para aquellas que están casadas, tienen familia, viajar con los bebés.
Podría haber algún lugar donde tener a sus hijos, como si fuera otro lugar de trabajo.
P. World Sailing ha demostrado una sensibilidad creciente en materia de paridad y también en el traslado de una imagen positiva de los cuerpos de las regatistas. 'Ser fuerte es bonito', asegura su responsable de Integridad, la ex triatleta sudafricana Gillian Sanders.
R. (Elena) La verdad es que eso es parte de los retos de ser mujer en el deporte. El mío es un barco sumamente físico, donde necesitamos tener mucha fuerza. El peso promedio está entre los 70 y 74 kg, que para algunas chicas es difícil.
La estatura suele ser de 1,70, pero el tema es que si no tienes tanta estatura, hay que compensar con algo de peso. Para muchas chicas es complicado ganar masa muscular o un poco de grasa.
Tenemos que cambiar un poco nuestra apariencia física para lograr esos biotipos y aprender a entender que no es tan importante cómo nos veamos, sino el 'performance' y que estemos saludables.
Vamos en buen camino y cada vez vemos más campañas publicitarias de grandes marcas de ropa para distintos tipos de cuerpo, no ves solamente la delgadita alta.
P. También se da cada vez mayor importancia a las pruebas mixtas en vela. ¿Les gustan?
R. (Tania) Es una combinación interesante. En el rol de liderazgo se ve que a veces el hombre es el que quiere tomar el timón, pero hay unas mujeres chiquitas, supertalentosas, buenísimas tácticas y entonces compensan con el tema del peso.
- Esta la niña chiquita que puede estar muy fuerte, con un tripulante muy ágil, hombre fuerte, alto y se hace una dupla muy interesante. Y también se ha visto del otro lado capitanes muy experimentados con una chica más alta, fuerte. Los dos pueden hacer las dos cosas.
P. ¿Hacia dónde evoluciona la vela olímpica, con las nuevas clases de embarcaciones que vuelan y apenas tocan el agua?
R. (Tania) Ahora mismo está transicionando a más visual, más atractiva, por un tema de atracción y visibilidad del deporte en general. Siento personalmente, por la trayectoria que llevo y tal vez por la disciplina a la que me he dedicado, que los barcos pequeños son más tácticos.
Esa transición hacia la tecnología, no es que la vea mal, está fantástica. Quizá se ha perdido un poco este tema de la esencia del deporte como tal. Sin duda creo que es un camino que hay que seguir, pero sin perder la esencia de lo que formó el deporte de la vela.
P. En París, entre ambas sumarán seis Juegos Olímpicos. ¿Cómo aprenden una de otra, cómo es la relación entre ambas, la convivencia tan larga lejos de casa?
R. (Tania) Como atleta viví muchas experiencias. Compartir todo lo que aprendí, lo que sufrí, si le puedo hacer a alguien el camino más fácil, para mí es un retorno. Es complicado buscar el resultado en una tercer persona, dependes de sus acciones, del entorno, de los recursos.
La relación se maneja con mucha cautela para cuidar la parte de la amistad, pero en el entrenamiento se guardan los roles respectivos para hacer lo mejor posible como equipo.
(Elena) Soy yo la que está arriba del barco, pero al final hay un montón de gente detrás que quizás no se ve ni se verán nunca. Sí tienes cierto equipo, desde la familia al psicólogo, el fisioterapeuta, pero ellos no pueden venir y terminas estando bastante solo. Ningún deporte es individual.