Guadalajara, Jalisco.

Entre grafiti, olvido y basura se encuentra la emblemática plaza Juárez, esa que se inauguró en 1961 por Adolfo López Mateos y que mantiene sin gloria la escultura del Benemérito de las Américas y cinco veces presidente de México, Benito Juárez.

Aunque la explanada mantiene su estructura intacta, el vandalismo y falta de cultura de las personas mantiene sus dimensiones con grandes cantidades de basura suelta que le dan un mal aspecto. Además, los transeúntes argumentan que por las noches la zona se torna peligrosa por la falta de patrullaje.

Y aunque el espacio carece de atención por las áreas de limpieza y seguridad, lo que llama la atención es el obsceno grafiti plasmado en la estela de 33 metros de altura revestida en cantera blanca situado a la espalda de la figura del Benemérito de la Américas, ya que está ha sido ignorada por las autoridades. Además de contrasta con el mantenimiento, cuidado y reflectores que han tendido otros monumentos que cuando fueron vandalizados se actuó legalmente y se reparó el daño en pocas horas.

Ante lo dicho, se puede constatar que los monumentos que atrae turismo y sirven para la foto del recuerdo son valorados y protegidos y por otro lado, los que rinden tributó a los héroes de la patria (como el de Juárez) y que no tienen difusión más que en su natalicio se encuentran poco atendidos, son vandalizados y se encuentran olvidados.