Pero no son más que las primeras consecuencias dado que el confinamiento del país, y el consecuente parón de la actividad económica, comenzó el 23 de marzo, es decir muy al final del primer trimestre.

El Reino Unido se prepara para sufrir una recesión histórica, ya que el impacto de la pandemia será mucho peor en el segundo trimestre.

El Reino Unido, cuyo primer ministro, Boris Johnson, estuvo gravemente enfermo y hospitalizado por el covid-19, registraba a principios de mayo más de 36.000 muertes cuya presunta causa es el nuevo coronavirus, según datos publicados el martes por la ONS.

El confinamiento condujo a una caída en el consumo de los hogares y en la inversión de las empresas en el primer trimestre, señaló el organimso.

"Con la llegada de la pandemia, prácticamente todos los segmentos de la economía se vieron afectados en marzo", dijo Jonathan Athow, experto en estadística de la ONS.

Entre los pocos sectores que crecieron figuran los productos farmacéuticos y la asistencia informática.

La economía británica ya estaba debilitada cuando sufrió el impacto de la pandemia: experimentó un crecimiento nulo en el cuarto trimestre en el contexto de incertidumbre provocado por el Brexit, que finalmente entró oficialmente en vigor a finales de enero.

Las previsiones para el segundo trimestre son muy sombrías y desproporcionadas con respecto al primero, ya que se prevé una explosión del desempleo, como lo sugieren las miles de pérdidas de puestos de trabajo ya anunciadas en el sector del transporte aéreo.

El OBR, un instituto público que publica estimaciones económicas para el gobierno, dijo temer una caída del 35% del PIB entre abril y junio.

Y el Banco de Inglaterra prevé un desplome del 14% en el conjunto de 2020.