Tel Aviv, Israel.
Expertos y profesionales del sector sanitario solicitaron este lunes a las instituciones, durante un congreso médico en Tel Aviv (Israel), que intensifiquen la información que la sociedad recibe sobre las características y el impacto en la salud de los cigarrillos electrónicos frente a los sistemas tradicionales. Los científicos señalaron que si bien los ciudadanos disponen de campañas institucionales sobre la importancia del uso del cinturón de seguridad, la incompatibilidad del alcohol con conducir, la necesidad de los preservativos para evitar enfermedades de transmisión sexual o las precauciones a la hora de tomar el sol; con el tabaco no ocurre de igual forma. El exdirector del Instituto Nacional del Cáncer de Francia el profesor David Khayat opinó en una entrevista con Efe que "durante un siglo las empresas tabacaleras han estado mintiendo" y, en la actualidad, a pesar del cambio de estrategia, deben "reconstruir la confianza" por parte de los ciudadanos y los políticos. Sin embargo, el oncólogo advirtió de que fumar debe ser considerado como una enfermedad y, por tanto, actuar como tal en beneficio de la salud pública en la búsqueda de productos "menos lesivos" para las personas. "Erradicar el tabaco incrementando su precio, los impuestos, incluso su prohibición en ciertos espacios ha fallado. En 1990 fumar era la principal causa de muerte, en el año 2016 es la misma. (…) Además, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de fumadores se ha estabilizado en los 1.000 millones durante las últimas dos décadas", añadió Khayat. En este sentido, el profesor japonés Hiroya Kumamaru también considera que, ante la dificultad de algunas personas para dejar de fumar a pesar de conocer su daño, se debe realizar un trasvase a dispositivos con menor impacto. Organismos como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) de Estados Unidos o la Royal Society of Public Health (RSPH) de Reino Unido han publicado estudios independientes que observan un mayor nivel de toxinas liberadas en sistemas de combustión frente a los que calientan el tabaco. El principal componente de los cigarrillos es la nicotina, una sustancia natural que produce adicción, junto alrededor de 6.000 químicos, de los cuales según la FDA solo un centenar están considerados como tóxicos. Kumamaru sostiene que con base en ello se debe "educar" a la sociedad sobre las diferentes alternativas, no como métodos para dejar de fumar, sino como ayuda a reducir los efectos negativos en la salud. Por el contrario, la doctora israelí Yael Bar-Zeev mostró una posición alineada con la erradicación del tabaco casi en su totalidad; así pues, apostó por aumentar los impuestos a todos los productos derivados del tabaco, eliminar cualquier forma de publicidad, incluida la digital, y endurecer los permisos de las licencias de venta al por menor. "Incluso los productos menos dañinos, son productos que matan gente", esgrimió durante su intervención en la conferencia "Medicina 2040. Reescribiendo el futuro de la salud", celebrada del 4 al 5 de noviembre en Israel. En Estados Unidos, país donde mayor controversia está teniendo el asunto de los cigarrillos electrónicos, ya son 34 muertos y más de 1.600 los afectados por dolencias relacionadas con el vapeo, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) del país. Desde la propia agencia se investiga la mezcla de dichos productos con tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo de la marihuana, y su adquisición en el "mercado negro", donde predomina la ausencia de controles de calidad.
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