Taurene, Letonia
Un letón ha logrado saltar en paracaídas desde un dron, una experiencia inédita según el fabricante del dispositivo, que abre nuevas perspectivas para los amantes de los deportes extremos y también para los socorristas.
El salto, al que asistió la AFP en exclusiva, tuvo lugar esta semana en una zona desértica del centro de Letonia.
El dron diseñado por la compañía Aerones tiene una superficie de 3,2 metros cuadrados, pesa 70 kilos y se mueve gracias a 16 rotores capaces de levantar una carga de 200 kilos.
El mismo aparato se había utilizado en enero para lanzar el "droneboarding", una nueva disciplina deportiva que consiste en remolcar a gran velocidad a surferos por un lago helado.
Pero la operación realizada esta semana es todavía más peligrosa. El dron recogió a Ingus Augstkalns en lo alto de una torre y lo subió hasta 330 metros de altitud, desde donde el paracaidista saltó al vacío.
Aerones había efectuado previamente una prueba con una carga de 90 kilos.
"Ha sido muy divertido", comentó Augstkalns justo después de su salto, si bien recordó que la experiencia entrañaba cierto peligro al ser la primera de este tipo. "Los cinco primeros metros de la subida fueron probablemente el momento más tenso", contó.
El director de Aerones, Janis Putrams, que se encargó de pilotar el dron, celebró el éxito de la prueba. "Ya no se necesita un helicóptero" para hacer paracaidismo, se entusiasmó.
"Hoy hemos hecho el primer salto desde un dron, un tipo de salto totalmente nuevo. Ahora se podrá saltar desde cualquier sitio, en las ciudades, en el desierto, en la montaña", declaró.
La empresa espera aprovechar las capacidades del dron en operaciones de rescate, por ejemplo para salvar a gente atrapada en el tejado de un edificio en llamas o en otros lugares de difícil acceso. Para ello quizás tendrá que ampliar la duración de sus baterías que, por el momento, permiten vuelos de 10 minutos.
Putrams y sus ingenieros tuvieron la idea de crear un dron como éste hace dos años. Su fabricación costó 35.000 euros.