Guadalajara, Jalisco.

El movimiento del 68 abrió la puerta a libertades y derechos sociales que hoy disfrutan los ciudadanos en nuestro país.

En esto coincidieron los participantes en el diálogo “México en el 68”, moderado por el maestro Jorge Capetillo, a medio siglo de aquellos hechos que sacudieron a la nación.

Salvador Martínez della Rocca, mejor conocido como “El Pino”, uno de los líderes del movimiento,  dijo que la atmósfera cultural abonó el terreno.

“Y nosotros también empezamos a enfrentar a esa cultura sexual victoriana. Fueron pasando muchas cosas. ¡Luego llegó Elvis Presley que era el Rey, carajo! Los Beatles y llegaron los Rolling Stones iríamos. Sin esa atmósfera cultural que estoy sintetizando, el 68 no se hubiera explicado”, añadió “El Pino”.

Gilberto Guevara Niebla, preso político del 1968 a 1971, indicó que el sistema corporativo de dominación presidencialista practicó la represión de manera sistemática

“La sucesión de actos represivos del estado de 1949 en 1968 es abrumadora y en los años sesenta lo que vemos es la emergencia de un movimiento estudiantil, como un acto social muy importante. Hubo huelgas estudiantiles en muchas partes del país en Guerrero en Tabasco Veracruz y Sonora. En Chihuahua en Michoacán. Por todas partes y en todo el país estallaban huelgas”, agregó Guevara Niebla.

El escritor Héctor Aguilar Camín, recordó que el movimiento de 1968 tuvo como colofón la cercanía de los juegos olímpicos.

“El país vivía un cambio vertiginoso y una revolución de las costumbres, muy difícil de notar, pero que hizo muy claro en el movimiento del 68. Había simplemente una ruptura de sensibilidad de valores y desviaciones entre los jóvenes de México y los adultos, en particular por los mayores que gobernaban México y cuyos procedimientos, han descrito tan bien Gilberto y El Pino”.

Sergio Zermeño, ex estudiante de Sociología de la UNAM  señaló que quienes participaban eran unos demócratas primitivos en el buen sentido de la palabra

“Los jóvenes de las prepas, de las prevocacionales del centro de la ciudad, fueron  los que echaron a andar el movimiento con una alegría extraordinaria. Eran las noches de las barricadas, de aventarle piedras a los policías y quemar camiones", finalizó.