Madrid, España.
Una veintena de personas entraron por asalto a un hospital para llevarse a un presunto narcotraficante que había sido detenido en La Línea de la Concepción, en el sur de España, donde las mafias operan de forma cada vez más temeraria.
Los dos policías que resguardaban al sospechoso se vieron superados y optaron por no usar sus armas "pese a la gravedad del momento para evitar que la situación se tornara en trágica", explicó este miércoles en una nota de prensa la alcaldía de La Línea.
Los agentes detuvieron a uno de los asaltantes, pero sus compañeros y el presunto narcotraficante, que tenía grilletes puestos, se dieron a la fuga en varios vehículos y están siendo buscados por la Policía Nacional.
Los hechos, ocurridos la tarde del martes en esta localidad fronteriza con Gibraltar comenzaron cuando el sospechoso en una motocicleta se saltó un punto de control de la policía.
En su huida sufrió un accidente y se hirió, tras lo cual los agentes se percataron de que tenía un requerimiento judicial por presuntos delitos de narcotráfico.
Los agentes lo llevaron al hospital de La Línea para tratar sus heridas y es entonces cuando "entran en el centro sanitario unas veinte personas, previsiblemente alertadas" por una mujer que se había bajado de la motocicleta antes del punto de control policial, indicó el texto.
El asalto no produjo heridos ni daños al hospital.
"El enemigo es bastante fuerte y habrá que pensar en la adopción de otro tipo de medidas", señaló en rueda de prensa Juan Franco, el alcalde de La Línea.
Franco había denunciado a la AFP el año pasado que "la sensación de impunidad es total" en esta localidad de la provincia de Cádiz, punto importante de entrada de cocaína de América Latina, hachís marroquí y mercancía de contrabando.
Las mafias operan cada vez más abiertamente en la zona, donde se han registrado desembarcos de droga a plena luz del día, ataques a la policía para evitar arrestos o la utilización por parte de una red de un sistema de radares para evadir barcos y helicópteros de las autoridades.
La asociaciones de policías de la zona se quejan regularmente de que están subequipadas y con escaso personal para afrontar el problema.