Sokolka, Polonia.
Polonia anunció este miércoles que hizo retroceder a centenares de migrantes que intentaban entrar en su territorio desde Bielorrusia y acusó a este país de "terrorismo de Estado" por organizar esta crisis a las puertas de Europa.
La preocupación por la situación humanitaria de estos cerca de 2 mil migrantes va en aumento y la ONU denunció una "situación intolerable".
"Lo que estamos viendo aquí es una manifestación de terrorismo de Estado", dijo el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki en una rueda de prensa con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, este miércoles.
Los migrantes, principalmente kurdos de Medio Oriente, están agolpados desde hace varios días en una zona boscosa de la frontera oriental de la Unión europea, soportando temperaturas gélidas. Frente a ellos, al otro lado de las alambradas, en territorio polaco, un importante dispositivo militar les corta el paso.
Los europeos acusan al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, un aliado de Rusia, de atraer a migrantes de Oriente Medio a su país y luego enviarlos a la frontera con Polonia, en represalia por las sanciones de la UE contra su país impuestas por la represión a la oposición tras la elección presidencial de 2020.
Este miércoles, Charles Michel declaró en Varsovia que había "nuevas sanciones sobre la mesa" y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que esperaba "una ampliación de las sanciones" a principios de la próxima semana.
"Es un intento de un régimen autoritario de intentar de desestabilizar a sus vecinos democráticos. Y no tendrá éxito", dijo Von der Leyen, tras reunirse con el presidente estadounidense Joe Biden en Washington.
- "Desesperadas" -
Hay migrantes que llevan meses intentando cruzar esta frontera, pero la situación empeoró cuando el lunes hubo un intento masivo de entrar en Polonia, cuyas fuerzas de seguridad obligaron a centenares de personas a retroceder.
La prensa y las organizaciones humanitarias no pueden acceder a la frontera, debido a las medidas excepcionales decretadas por el gobierno polaco.
Imágenes difundidas por las autoridades de los dos países muestran a centenares de hombres, mujeres y niños en tiendas de campaña o en suelo, agrupados en torno a hogueras hechas con madera del bosque, para hacer frente a las bajas temperaturas.
El ministro polaco de Defensa, Mariusz Blaszczak, explicó que unos "15 mil soldados" protegen las fronteras además de policía y guardias fronterizos. Su ministerio también alegó que las autoridades bielorrusas intimidan a los migrantes para que crucen la frontera por la fuerza.
Por su parte, Minsk acusa a Varsovia de cortar el paso a estas personas usando incluso "violencia física" y "gases" y "disparando por encima de sus cabezas".
"Exhorto a los Estados concernidos a tomar medidas inmediatas para desactivar y resolver esta situación intolerable conforme a las obligaciones que tienen en virtud del derecho internacional de los derechos humanos y de los derechos de los refugiados", dijo este miércoles la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michele Bachelet, en un comunicado.
La expresidenta chilena afirmó que "cientos de hombres, mujeres y niños no deben ser obligados a pasar una noche más en un clima glacial sin refugio, alimento, agua y cuidado médicos adecuados".
Kyle McNally, consejero para asuntos humanitarios de Médicos Sin Fronteras (MSF) pudo reunirse con migrantes del lado bielourro de la frontera y aseguró que las personas "están desesperadas y su situación empeora cada día".
- "Instrumentalización" -
Este miércoles, el ministro bielorruso de Relaciones Exteriores, Vladimir Makei, insistió en que la UE provocó esta crisis para poder imponer nuevas sanciones contra su país.
La ONU, la UE y Estados Unidos afirman por su parte que Lukashenko ha generado esta crisis en respuesta a las sanciones ya existentes, impuestas tras la sangrienta represión de las manifestaciones contra su reelección.
Este miércoles, la canciller alemana en funciones Angela Merkel pidió al presidente ruso Vladimir Putin "actuar" contra "la instrumentalización de los migrantes por parte del régimen en Bielorrusia", según indicó este miércoles su portavoz Steffen Seibert.
Rusia y Bielorrusia rechazan todos estos reproches y señalan las intervenciones militares occidentales en Oriente Medio como causa de estos flujos de migrantes que huyen de las guerras.
Al menos diez migrantes han muerto en la región desde el inicio de la crisis, de los cuales siete del lado polaco, según el diario polaco Gazeta Wyborcza.
El jueves, el Consejo de Seguridad se reunirá a puerta cerrada para conversar sobre esta situación en la frontera con Polonia.