Guadalajara, Jalisco.
“Empecé yo con dolor de cabeza y ojo, y pensé que era un resfriado, no me quise alarmar ni nada porque a los dos días se me quitó, no me preocupe más”.
Paola Castillo enfermó de Covid-19 en septiembre pasado y la pérdida del olfato fue el síntoma que le alertó del contagio.
“Al cuarto o quinto día de eso, a pesar de que solo fueron dos días de mucho cansancio, dolor de cabeza y ojos, tercero como si nada, cuarto como si nada, pero al quinto me doy cuenta porque mi esposo me empezó a decir ‘oye esa niña, ya cámbiale el pañal a tu bebé, la bebé huele feo’- yo ‘claro que no, no es cierto’. Después la revisaba y resulta que sí, entonces me acerqué a buscar otro tipo de olores como jabón, café y me di cuenta que no olía para nada”.
Paola solo perdió el olfato, pero hay otros pacientes que han presentado ese síntoma y al mismo tiempo la distorsión del gusto, tal es caso de Fanny Hernández.
“Nos mandan un pozole y lo empecé a probar - a los pozoles nunca les pone sal mi suegra, nunca- nosotros no comemos nada de sal y nos empezó a saber todo con sal, muy salado, yo ‘qué salado me sabe’. Luego en la mañana, cuando amanecía sentía como una moneda, medio rarito el gusto, medio feito”.
El olfato y el gusto son los sentidos químicos que nos ayudan a detectar la composición química de las sustancias en el ambiente, y carecer de ellos incapacita e impacta en la calidad de vida de las personas, advirtió el académico del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, de la Universidad de Guadalajara, Alejandro Lara.
“Son remanentes evolutivos que nos ayudan a detectar distintos tipos de amenazas, a los cuales podemos estar expuestos, por ejemplo en la comida, algo muy típico es esta situación de que las comidas que tienen un sabor amargo por ejemplo o algunas que tienen algún aroma bastante desagradable tienden a ser toxicas o estar echadas a perder o caducas, por lo tanto estos sentidos químicos nos ayudan como mecanismos de defensa para prevenir a la exposición de estas toxinas o este tipo de eventos que pueden tener un desenlace nocivo o incluso fatal”.
El académico de la UdeG explicó que las personas que pierden los sentidos químicos son los casos leves de Covid-19.
“En los estudios iniciales de China por ejemplo se hablaba de que solo un 15% de los pacientes perdía el olfato, ya uno de los últimos artículos científicos que se publican en este año precisamente nos hablan de que el rango puede variar desde el 20 al 85% de los pacientes que van a tener disfunción olfatoria, pero en promedio se menciona que es un 43% de los pacientes”.
Desde que inició la emergencia sanitaria, medios locales han reportado dos casos en el Área Metropolitana de Guadalajara, donde hubo lesionados por quemaduras o decesos por intoxicación en fugas de gas que no fueron detectadas por pacientes de Covid-19, pero ninguno de los dos hechos fueron confirmados por los involucrados o familiares de las víctimas.
En la segunda entrega: Vivir sin olfato se convierte en la cotidianidad.