Guadalajara, Jalisco.
Quienes viven en Juanacatlán lo identifican y describen su olor como huevo podrido. Al principio es insoportable pero con el paso de los minutos deja de sentirse, no porque se haya ido sino porque paraliza al nervio olfativo. Es el ácido sulfhídrico (S2H) que está presente en el río Santiago, un gas tóxico que se produce por la descomposición de la materia orgánica y tiene múltiples implicaciones para la salud.
En la cascada de Juanacatlán el ácido sulfhídrico registra su peor concentración: 3 mil veces por encima de lo que establece la legislación vigente, la Ley Federal de Derechos. Además, la caída del agua fomenta que se disperse en la atmósfera y alcance a más personas con ese hedor característico.
Dicho resultado se encuentra en las conclusiones del Registro Único de Descargas al Río Santiago del Gobierno de Jalisco y se obtuvo a partir de un muestreo en 19 puntos del cauce, donde se analizaron 153 parámetros de calidad del agua entre los que figuran microbiológicos, metales pesados y compuestos orgánicos tóxicos.
Imagen: Violeta Meléndez
Los resultados más críticos fueron los del ácido sulfhídrico en Juanacatlán, que solo con respirarlo causa dolor de cabeza, náuseas, irritación de ojos y vías respiratorias, pero que pueden derivar hasta en un edema pulmonar si la exposición y concentración del gas son elevadas.
Aunque también se encontraron en el agua otros elementos peligrosos como tolueno, benceno, pesticidas y otros que no se destacaron en el documento por estar debajo de los límites tolerables. La científica Cindy McCulligh, quien ha desarrollado investigaciones sobre la contaminación en el río Santiago, advierte que son un riesgo de salud pública que ameritan intervención urgente debido a que las normas mexicanas son laxas y además, tienen 23 años sin actualizarse.
"No considero que los estudios más recientes aportan mucho para el entendimiento de la problemática, honestamente no lo creo, sigue faltando una estrategia clara para el control de las descargas industriales, ha quedado claro que cumplir con la norma vigente no es suficiente, muchas veces dicen con que cumplan con la ley, no, en el caso del río Santiago no es suficiente, son demasiados puntos de descarga, muy bajo caudal, no se puede recuperar la condición del río y por lo tanto la condición de vida de las personas".
¿Qué está haciendo el gobierno del estado para detener la contaminación? Hasta ahora, solo ha invertido para tratar el 5 % de las aguas negras que se vierten al río y clausurar giros como granjas porcícolas y algunas tequileras.
La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, que declinó a dar una entrevista y a cambio entregó solo una ficha informativa, reporta que ha visitado 58 unidades económicas dentro de la cuenca pero no especificó irregularidades encontradas ni sanciones. Únicamente añadió que han clausurado 11 granjas de cría y explotación de animales, de las que 6 pertenecen al área prioritaria de saneamiento.
Imagen: Violeta Meléndez
Incluso han planteado el lanzamiento de un certificado de cumplimiento voluntario para las empresas que vayan más allá de lo que les obliga la ley en materia ambiental, lo cual, a decir McCulligh, se queda corto frente a la crisis socio ambiental en torno al Santiago.
"Puedes identificar la magnitud del reto, no inventar un certificado voluntario como forma de limpiar la imagen y decir lo estamos tratando, creo que es necesario realmente tener una claridad de que la contaminación industrial es una parte clave de la problemática y no hay una estrategia hasta ahora para abordarlo...Es urgente la atención médica a los que están sufriendo, hay en esa zona pacientes de trasplantes renal, pacientes que sufren enfermedad renal crónica...Esto es una urgencia humana que no se está atendiendo con ese nivel de gravedad y urgencia.
¿Cómo se estima el escenario futuro para el río Santiago y qué alternativas tiene para lograr su anhelada descontaminación? Eso abordaremos en la siguiente entrega.
Ácido sulfhídrico en la cascada de Juanacatlán
Registro 2020: 5-6 miligramos por litro (mg/l)
Máximo tolerable: 0.002 miligramos por litro (mg/l)
Excedente: 3 mil veces por encima de la Ley Federal de Derechos
Fotografía: Violeta Meléndez