El Análisis | El reino de la agudeza




Ocotlán, Jalisco

El alcance de lo que entendemos es proporcional al desarrollo de nuestra capacidad para analizar los hechos. En el mundo de los razonamientos todo desemboca en la íntima interpretación. Es notable cómo cada cual encuentra los motivos para hacer de los mismos su propia realidad. Hay una constante exposición a posibles diferencias de criterios hacia lo que sucede cotidianamente. Todos pueden opinar y todos pueden decir lo que consideran como correcto acerca de un evento determinado. Pueden haber grandes distancias interpretativas entre quienes viven un acontecimiento y quienes opinan al respecto. Lo acertado o adecuado a determinadas condiciones o circunstancias es lo denominado correcto. A lo que también se conceptualiza como lo que no tiene ninguna falta, error o defecto. Por lo que ante cada caso hay que dejar claro qué es lo adecuado para los que intervendrán. 

Cabe destacar que su significado lingüístico lo enmarca como lo que se acomoda a ciertas condiciones o resulta conveniente en determinadas coyunturas. Adaptar, acoplar, ajustar, amoldar, acostumbrar y habituar son sinónimos de acomodar. Lo que conviene y lo que se acomoda puede ser lo que se adecua  para algunos y no para otros, y ahí comienza el germen de la conflictividad. Es que se ingresa al universo de las adaptaciones y es tan grande el espacio que las engloba que basta con querer participar. Por ello es tan importante especificar los objetivos que se persiguen cuando se pregona alguna actividad o cuando se decide hacer algo que también involucra a otras personas. Por lo tanto un objetivo bien definido puede ayudar a unir voluntades. La concepción clara de cada palabra favorece la creación de criterios comunes. Y ante esa precisión no siempre hay unanimidad, entonces hay que estar dispuesto a dialogar hasta aclarar lo que parecía contundente. 

Lo que se quiere vivir se debe acomodar a los principios que sostienen a la persona que realizará esa vivencia o que intentará vivirla. Estos son los que permiten orientar las acciones. Pueden suceder errores, ¿quién está ajeno a lo imprevisto o a lo fortuito? Si lo que está bajo la esfera de lo planificado se hace bien ahí se completa la tarea. Por eso es relevante dejar sentado lo que precisa ser perfectamente detallado. Los registros concretos de las intenciones contribuyen a su posible concreción. 

Una compañera de soluciones es la agudeza que el ser humano posee en su interior. Es considerada integrante de las capacidades humanas y estimulante del poderoso efecto de reflexionar. Impulsora de las luces que encienden alarmas y de las que dan vía libre para recorrer lo querido. La agudeza requiere de nuestra decisión de utilizarla. Si se la ejercita se transforma en una habilidad que facilita el acceso al reino del entendimiento y eso es un privilegio para quienes ingresan en su atmósfera. Además otorga beneficios sociales, dado que acelera los ritmos de lo que hay que hacer, cuando se siente conectada coherentemente con quienes están abiertos a construir. Para su práctica no hay impedimentos sectarios, lo único que se exige es atención para poder vivirla. Si se descubren sus efectos aumentan las posibilidades de percibir las necesidades del otro, de discernir sus requerimientos, de intuir los tiempos del equilibrio al convivir, de sentir cuando algo duele y de asimilar la pequeñez de nuestra existencia. 

Por Marcelo Pedroza