Santiago, Chile.
La Iglesia católica chilena sufrió el sábado un nuevo golpe luego de que el obispo de Rancagua, Alejandro Goic, presentara su renuncia a la presidencia del Consejo Nacional de Prevención de abusos sexuales de la Conferencia Episcopal, que investiga denuncias contra sacerdotes.
La Conferencia Episcopal de Chile "luego de deliberar sobre las razones aducidas y dialogar con él (Goic), ha procedido a aceptarla con fecha 26 de Mayo del presente año", indicó un comunicado del Comité Permanente del episcopado, difundido este sábado.
Sumida en una crisis por encubrimientos y denuncias de abusos sexuales, la jeraquía católica chilena recibió la renuncia de Goic al consejo, que fue creado en 2011 tras el escándalo provocado por el influyente cura Fernando Karadima, acusado de pederastia y suspendido de por vida por el Vaticano.
Siete años después, a Goic le explotó en la cara un nuevo escándalo en el que 13 sacerdotes y un diácono de Rancagua fueron acusados de delitos sexuales y onerosos gastos personales con dineros de la Iglesia, tras las denuncias de una feligresa, Elisa Fernández, realizadas al canal 13 hace una semana.
"Comprendemos que las actuales necesidades y dificultades que han ocurrido en la diócesis que pastorea han hecho necesaria esta determinación", agrega la nota episcopal.
Goic, quien presidió el consejo desde su creación, manifestó que su decisión de dimitir se debe a su necesidad de "concentrar sus esfuerzos para esclarecer" las denuncias en contra de los 14 religiosos, según una entrevista difundida por el diario La Tercera.
Los denunciados habrían creado una red denominada ‘La Familia’ en cuyo seno realizaron actos sexuales con personas de distintas edades, durante al menos una década, según las declaraciones de Elisa Fernández, excoordinadora de la pastoral juvenil de Rancagua.
El Consejo de prevención de abusos está conformado por cuatro religiosos y cuatro profesionales. Ahora será presidido por Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo, comuna del sur de Santiago.