Oaxaca, México.
El "Nacimiento de las Palomas", compuesto por 140 figuras de cera que fueron elaboradas hace más de 80 años, se exhibe en estas celebraciones de Navidad en el Centro Cultural San Pablo, ubicado en Oaxaca. Se le llama así porque en 1951 fue colocado en la calle de ese mismo nombre en Ciudad de México. En cada rincón de este nacimiento se pueden apreciar a detalle los pasajes bíblicos que se sucedieron en torno al nacimiento del niño Jesús en Belén, incluyendo los tres Reyes Magos, José, María y decenas de ángeles y pastores que acudieron al pesebre. Y gracias a su mantenimiento las figuras lucen como el primer día en que fueron terminadas por la familia Irabién Bravo. Cada pieza fue elaborada a mano, todos los detalles son irrepetibles y no hay una efigie igual a otra. Iván David Cuevas Perzabal, museógrafo del Centro Cultural San Pablo, dijo que "este nacimiento es único; es fue una artesanía y las piezas se hicieron ex profeso". "No se hicieron en serie sino cada pieza fue hecha únicamente y exclusivamente para el nacimiento; o sea, no hubo una serie de piezas que sacaran, no hubo dos tres, no hubo réplicas que surgieran, sino una nada más y han sido estas", expuso. Añadió que el nacimiento ha ido "evolucionando" y se fueron agregando nuevas piezas, "pero en realidad no hay réplicas, pues puede ser que encontremos otro nacimiento de cera pero las piezas son diferentes". Por su complejidad en los detalles, el Nacimiento de las Palomas es un conjunto de esculturas, cuya técnica ya no se usa en México. "Si lo ven es súper detallado el trabajo", dijo Cuevas Perzabal, y explicó que es "la tradición de la cera en México se ha ido perdiendo". Resaltó que con la exhibición del nacimiento lo que se pretende es lo que las nuevas generaciones puedan revalorar esta tradición artesanal. Las piezas que integran este singular nacimiento están bajo resguardo del Centro Cultural San Pablo por donación de la familia Irabién Bravo, que confió su colección a este espacio de investigación y preservación de la cultura, por el cuidado que requiere cada uno de los personajes de cera.