Lucknow, India
Al menos 64 niños fallecieron en los últimos cinco días en un hospital público en el norte de India, según un nuevo balance proporcionado este sábado por responsables locales, unas muertes que la prensa atribuye a la falta de reservas de oxígeno en el centro médico.
Varios medios indios informaron que decenas de niños murieron el jueves y el viernes por falta de reservas de oxígeno, después de que la empresa proveedora de bombonas dejara de suministrarlas, al parecer porque le debían facturas de millones de rupias.
Las autoridades abrieron una investigación para encontrar la causa de lo ocurrido, pero negaron que las muertes estuvieran relacionadas con "las informaciones sobre la escasez de oxígeno", según Anil Kumar, un responsable de la policía de Gorakhpur.
Se está investigando las disfunciones en el hospital Baba Raghav Das, en el distrito de Gorakhpur, en el Estado de Uttar Pradesh, el más poblado del país, gobernado por el partido conservador Bharatiya Janata Party del primer ministro Narendra Modi.
El ministro de Salud de Uttar Pradesh, Sidharth Nath Singh, dio un nuevo balance de 64 muertos desde el lunes, y negó que esos fallecimientos tuvieran algo que ver con la falta de suministro de oxígeno.
Según un comunicado publicado por la oficina del ministro jefe de Uttar Pradesh, Yogi Adityanath, 23 niños murieron el jueves cuando "la presión de la alimentación de oxígeno bajó".
Singh suspendió al director del hospital hasta que se conozca el resultado de la investigación.
El diario The Hindustan Times describió en su edición del sábado escenas de pánico en el hospital cuando el suministro del oxígeno se vio alterado.
"Aunque 90 grandes bombonas fueron puestas en marcha el viernes, el hospital se encontró con escasez de oxígeno en una hora", informó el diario. "Lo que provocó el caos total, con los padres de los pacientes que corrían para obtener ayuda y el personal del hospital que intentaba mantener el suministro de oxígeno incluso con bolsas manuales de respiración".
Los hospitales públicos indios están a menudo desbordados y casi al límite. Los pacientes tienen que soportar largas listas de espera, incluso para intervenciones simples, y a veces se ven obligados a compartir cama.