Miles de personas exigen en Alemania más acciones contra el cambio climático




Bonn, Alemania.

Dos días antes de la conferencia de la ONU sobre el clima, miles de manifestantes reclamaron este sábado en Bonn acciones más contundentes contra el calentamiento global, como el final del uso del carbón como combustible, principal fuente de producción de electricidad del mundo.

Bajo lemas como "Sí a la justicia climática, ¡no al carbón!", los manifestantes empezaron a desfilar por el centro de la excapital federal alemana, con destino a las afueras del lugar donde se celebrará la COP23, a orillas del Rin.

Según los convocantes, 25 mil personas participaron en la marcha, mientras que la policía no aportó ningún conteo, remitiéndose a las cifras de la organización.

El acuerdo de París contra el calentamiento global, adoptado a finales de 2015 por la comunidad internacional, es "un rayo de esperanza", reconocieron los organizadores. "Pero los gobiernos no hacen bastante para acabar con la crisis climática", dijeron, unos días después de que la ONU publicara un informe alarmante sobre este tema.

"Atajar el cambio climático implica salir rápidamente de las energías fósiles, especialmente del carbón, y un apoyo suficiente a los países pobres", declararon.

En medio de la multitud, que portaba globos verdes y negros, Sabina Jaeger, una médico de 59 años, había pasado tres horas en un tren para manifestarse. "Mi vida terminará pronto, pero hay que pensar en los niños, en esos que no tienen la suerte de nacer en un país rico", destacó.

"Queremos salvar el planeta", indicó por su parte Sabine, una mujer que llegó con sus hijas de ocho y 17 años desde Colonia, cerca de Bonn. "Estar aquí es lo único que podemos hacer. No sé si podemos cambiar las cosas, pero debemos intentarlo", dijo.

El planeta experimenta un calentamiento de una rapidez inédita, relacionado con una concentración récord de CO2 en la atmósfera desde hace, al menos, 800 mil años.

Tres cuartas partes de las emisiones de gas de efecto invernadero se atribuyen a la combustión de recursos fósiles: petróleo, gas y carbón. Este último sigue siendo la principal fuente de producción de electricidad en el mundo.

- 'Guardar' 80% de las reservas -

La expansión del carbón se ralentizó, no obstante, en 2016, especialmente gracias a China, principal consumidor mundial, que congeló varias decenas de proyectos de centrales por razones sanitarias y de sobrecapacidad de producción. India, segundo consumidor mundial, también suspendió proyectos en beneficio de las energías renovables.

En cambio, ni Indonesia (quinto emisor mundial de gases con efecto invernadero), ni Vietnam, ni Filipinas alteraron sus políticas energéticas.

Según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), 6.683 centrales de carbón siguen activas, para una capacidad total de mil 964 gigavatios.

A principios de 2017, se estaban construyendo o planeando construir instalaciones para producir más de 840 gigavatios, el 85% de los cuales, en diez países (China, India, Turquía, Indonesia, Vietnam, Japón, Egipto, Bangladés, Pakistán y Corea del Sur).

Sin embargo, "entre el 80 y el 90% de las reservas mundiales de carbón tendrán que seguir bajo tierra" si se quiere que el calentamiento global sea de 2ºC o 1,5ºC, como establece el acuerdo de París, advierte el PNUMA.

Según un estudio aparecido a finales de octubre, la elevación del nivel del mar será masiva si no se ataja el problema. De no abandonarse el uso del carbón como combustible antes de que termine la primera mitad del siglo XXI, será imposible contener esta subida por debajo de los 50 cm, subraya Carl-Friedrich Schleussner, climatólogo en el Potsdam Institute.

"Si no se contienen las emisiones, los océanos podrían aumentar 1,30 m antes de 2100", casi dos veces más que la hipótesis al alza de los expertos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC).

Los delegados de unos 200 países, incluido Estados Unidos que anunció su retirada del acuerdo de París sobre el clima, se reunirán hasta el 17 de noviembre.