Bucarest, Rumania.
Más de 450 personas resultaron heridas y una treintena detenidas durante una manifestación en contra del gobierno socialdemócrata de Rumania que degeneró el viernes por la noche en Bucarest, anunció este sábado la policía rumana.
El presidente rumano, de centro derecha, Klaus Iohannis, en abierto conflicto con la mayoría de izquierda, criticó "la intervención brutal y desproporcionada" de las fuerzas de seguridad y pidió a la fiscalía general que abra una investigación sobre las circunstancias de esta operación.
El mandatario acusó a las autoridades del partido socialdemócrata en el poder de "conducir al país hacia el caos y el desorden".
Por otro lado, en dos mensajes de Twitter, el canciller austriaco Sebastian Kurz "condenó la violencia" que empañó la manifestación, y lamentó que periodistas, entre ellos un empleado de la televisión pública austriaca ORF, figure entre los heridos.
"La libertad de expresión y la libertad de prensa son libertades fundamentales de la Unión Europea (...) que tienen que ser protegidas de manera incondicional", subrayó Kurz, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la UE.
Buena parte de los heridos recibió atención médica tras inhalar gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad, mientras que otros sufrieron contusiones.
Una treintena de agentes de policía también integran la lista de heridos, once de ellos fueron ingresados.
Criticada por la oposición conservadora, la policía antidisturbios aseguró haber actuado "de manera gradual y proporcional", en respuesta a las acciones violentas de varias decenas de "ultras".
Unos 80.000 rumanos, entre los que había miles de expatriados que viajaron a su país expresamente para participar en esta manifestación, se concentraron en la plaza Victoria de la capital, Bucarest, para denunciar la "corrupción" del gobierno.
Decenas de ellos intentaron romper el cordón policial, lanzando piedras y botellas de agua a las fuerzas de seguridad, que reaccionaron con gases lacrimógenos antes de utilizar un cañón de agua para dispersar la concentración.
Otra manifestación estaba prevista en Bucarest para este sábado al atardecer local.
Tras su vuelta al gobierno a finales de 2016, el Partido socialdemócrata impulsó una reforma judicial que, según la oposición, pone en riesgo la independencia de la justicia y permitirá a los dirigentes políticos evadirla.
Esta medida provocó en febrero de 2017 una ola de manifestaciones sin precedentes en Rumania desde la caída del régimen de Ceaucescu en 1989.