Los Warriors se asoman al final de su dinastía
EFE/EPA/JOHN G. MABANGLO




Nueva York, Estados Unidos.

Tras su dolorosa y contundente eliminación este martes en el 'play-in' contra los Sacramento Kings (118-94), los Golden State Warriors de Stephen Curry, uno de los equipos más fascinantes que jamás haya pisado una cancha en la NBA, afrontan el posible final de su legendaria dinastía.

Cuatro anillos (2015, 2017, 2018 y 2022) y seis Finales después (perdieron el título en 2016 y 2019), el conjunto de la Bahía de San Francisco encara ese delicado momento en el que nadie quiere bajar el telón pero la función ya hace tiempo que parece haber terminado.

"Hemos sido realmente bendecidos aquí con jugadores increíbles, múltiples campeonatos, apariciones en Finales y las cimas más altas. Esto es la cruz de eso. Así es la vida, así es como funciona: no puedes estar en lo más alto para siempre"

, apuntó este martes el entrenador Steve Kerr en una rueda de prensa que sonó a canto de cisne.

Con Kerr como cerebro en el banquillo y Curry al frente de un icónico trío junto a Klay Thompson y Draymond Green, los Warriors no solo se convirtieron en una apisonadora que acumulaba victorias sin descanso sino que además lo hicieron desplegando un estilo arrebatador, espectacular, tremendamente alegre y a la vez muy influyente en la liga.

Curry se convirtió en el máximo triplista de la historia, pero por el camino la NBA cambió también su ADN siguiendo a los Warriors y ahora el tiro exterior, la movilidad constante y el ritmo elevado son el pan nuestro de cada día en prácticamente todas las franquicias.

Réquiem en Sacramento

 Ahora resulta difícil creer que hace solo dos años los Warriors conquistaron ante los Boston Celtics su último anillo cuando, en muchos lados, ya se les daba por amortizados.

Pero el tiempo no perdona y Curry (36 años), Thompson (34) y Green (también 34) sufrieron esta noche en Sacramento una de esas derrotas crueles que aparecen en las últimas páginas de un libro de historia del baloncesto o en el tramo final y en blanco y negro de un documental.

Los Warriors se asoman al final de su dinastía

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Los rostros desencajados y las miradas perdidas se amontonaban en el banquillo de los Warriors al ver que en esta ocasión no habría milagro ni actuación heroica de Curry y compañía.

Especialmente triste a la vez que brutal fue la noche de Thompson, irreconocible con 0 puntos tras un desolador 0 de 10 en tiros de campo incluyendo un 0 de 6 en triples. El escolta dejó una imagen descorazonadora cuando, al irse de la cancha, se detuvo un instante para lanzar una mirada alrededor como quien dice adiós a una casa antes de mudarse.

Los Warriors llegaron fundidos físicamente a este 'play-in' tras un meritorio pero muy exigente esprint final (10 triunfos en 12 partidos). Todo ese desgaste solo sirvió para quedar décimos en el Oeste.

  • Además, su campaña ha sido convulsa por razones de todo tipo, con un lugar de 'honor' para el siempre polémico Green.

En noviembre, agarró por el cuello con una llave a Rudy Gobert en una riña en el duelo contra los Minnesota Timberwolves, una expulsión por la que recibió además una sanción de cinco partidos por parte de la NBA.

Más serio aún fue el manotazo que Green le dio en la cara a Jusuf Nurkic (Phoenix Suns) en diciembre, un grave incidente que le llevó a una suspensión indefinida de la NBA por la que acabaría perdiéndose 16 partidos.

Las lesiones del recién llegado Chris Paul (disputó 58 de 82 encuentros de temporada regular) y los complejos debates sobre el papel de Thompson y Jonathan Kuminga también lastraron el funcionamiento de un equipo que solo al final -y demasiado tarde- consiguió encontrar el camino para ser competitivo.

Los Warriors se asoman al final de su dinastía

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En cualquier caso, el momento más amargo del curso no tuvo que ver con el baloncesto en sí, ya que en enero Dejan Milojević, técnico asistente de los Warriors, falleció de un ataque al corazón a los 46 años.

En lo puramente deportivo sí hubo algunas noticias esperanzadoras por parte de los más jóvenes. Kuminga tuvo destellos por momentos y los novatos Brandin Podziemski y Trayce Jackson-Davis ofrecieron sensaciones prometedoras, pero Golden State afronta ahora un verano con decisiones difíciles y trascendentales para una plantilla carísima.

La primera y la más dura será qué hacer con Thompson, que es agente libre y cuyo rendimiento ahora mismo está lejísimos de los 43,2 millones que ha cobrado este año.

Pero al margen del intocable Curry (55,7 millones de salario el próximo curso y vinculación por dos años), las preguntas aparecerán en torno a Green (24,1 millones en 2024-2025 y tres años de contrato), Andrew Wiggins (26,3 millones en 2024-2025 y tres años) o Paul (30,8 millones por su último año).

"Nunca me podré ver sin ellos dos"

, aseguró este martes Curry en referencia a Thompson y Green.

"Entiendo que esta liga cambia (...) y que no vamos a jugar para siempre, pero hemos experimentado muchas cosas juntos y a final de cuentas sé que ellos quieren ganar y yo quiero ganar. Eso es todo lo que me preocupa"

, añadió. 

Pase lo que pase en el futuro, lo que nadie les podrá quitar a los Warriors es su espacio en mayúsculas y con brillantes en la NBA, las noches en las que todo eran sonrisas en Oakland y San Francisco e incontables hitos como la mejor campaña en la historia de la NBA (balance de 73-9 en 2015-2016), los dos MVP de temporada regular para Curry o el récord de triples (14) en un solo partido para Thompson.