La 60ª Bienal de Venecia versa sobre la humanidad y el frágil planeta
GABRIEL BOUYS / AFP




Venecia, Italia

La 60ª Bienal Internacional de Arte de Venecia, que abrió sus puertas el sábado hasta noviembre en la célebre ciudad italiana, explora la relación de la humanidad con la fragilidad del planeta a través de los glaciares de Groenlandia o la deforestación del Amazonas.

Tapar las grietas 

La obra de la artista japonesa Yuko Mohri se centra en los intentos de "bricolaje" para limitar las fugas de agua en las estaciones de metro de Tokio, causadas por las inundaciones y terremotos que azotan la megalópolis.

  • Para rendir homenaje al ingenio humano, Mohri utiliza objetos empleados para recoger agua como botellas de plástico, cubos o tuberías.

Unos cables con electrodos, conectados a frutas en descomposición, controlan un mecanismo sonoro que se ajusta según el grado de humedad, apelando a todos los sentidos del visitante.

"Se trata de mostrar como la creatividad humana puede aportar esperanza y soluciones cuando muchas cosas son críticas en nuestras vidas", explica Sook-Kyung Lee, comisaria de la exposición.

Para resaltar la universalidad de la amenaza climática, la artista recolectó sus materiales en los mercadillos de Venecia, ciudad que también sufre inundaciones.

Deshielo 

El pabellón de Dinamarca expone la obra del fotógrafo Inuuteq Storch en seis series, entre ellas "Soon Will Summer Be Over", que documenta los efectos del cambio climático, de la colonización y de las tradiciones de caza y pesca inuit en el extremo norte de Groenlandia.

  • Los visitantes pueden observar escenas nostálgicas y cotidianas de esa remota tierra en la que nunca se pone el sol durante el verano boreal.

Las fotografías en color y en blanco y negro, que combinan tierra, cielo y témpanos de hielo, remiten al ciclo de las estaciones y a la vulnerabilidad de los polos.

"El cambio climático está sin duda presente", afirma a la AFP Louise Wolthers, historiadora del arte y conservadora.

"Por ejemplo, en esta serie de Qaanaaq, [Storch] nos cuenta que los cazadores ya no pueden practicar los métodos de caza tradicionales a causa del cambio climático, el deshielo y las condiciones meteorológicas extremas", explica.

"Sin escrúpulos" 

A la entrada del pabellón brasileño, los visitantes descubren un imponente montículo de tierra: a sus lados, raíces de yuca y tubérculos. Y a sus pies, flujos de semillas que evocan la vida en distintas formas -- las venas humanas, la savia de los árboles y los ríos brasileños vistos desde el cielo.

En la cima del montículo, un viejo televisor muestra a una mujer que se dirige al espectador sobre los estragos de la deforestación: "Ustedes no han aprendido de los errores y la selva sigue talándose al servicio de hombres sin escrúpulos".

A través de esta instalación, la artista y activista indígena Olinda Tupinambá quiso cuestionar "el equilibrio entre los seres humanos" y su relación con el planeta para "reflexionar sobre el problema medioambiental de forma global", cuenta a la AFP.

Vida y muerte de una jirafa 

"El corazón de una jirafa en cautividad pesa 12 kilogramos menos": Este es el título de un proyecto colaborativo de la República Checa, que rememora el trágico destino de Lenka, capturada en Kenia en 1954 y trasladada al zoo de Praga, donde tan solo sobrevivió dos años.

Con esta instalación, la artista checa Eva Kotátková quiso recrear las vísceras y el esqueleto desfragmentado de la jirafa para llamar la atención del público sobre la relación del hombre con su entorno y la violencia infligida a los animales.

También es una forma de que los visitantes se cuestionen a su mismos, preguntándose: "¿Cuál es mi papel en esta historia?", explica Kotátková a la AFP.

El proyecto resuena además con el tema central de la edición de este año, "Stranieri ovunque-Foreigners Everywhere" ("Extranjeros por todas partes"), en la que están representados unos 90 países.