Guadalajara, Jalisco.
El uso de aplicaciones como WhatsApp y Facebook incrementa día con día en la población, en especial entre los jóvenes que tienen 12 a 29 años. Esto ocasiona que sus relaciones sociales sean más inmediatas, quizá un poco más libres. Y entre ellas, el cortejo también ha sido modificado por la disrupción digital.
En Jalisco 69% de los ciudadanos tienen acceso a un smartphone o teléfono móvil y más del 50% de los hogares cuentan con acceso a internet, según el Censo de Percepción Ciudadana Jalisco Cómo Vamos.
El aumento del acceso a las herramientas digitales es cada vez más evidente. Así como la creciente separación del sexo y los sentimientos, en especial, el constante cuestionamiento a las relaciones de pareja y el amor tradicional. Conflictos que no sólo afectan la interacción online, sino también los encuentros cara a cara.
Así concuerdan Tania y Zeyda Rodríguez, académicas de la Universidad de Guadalajara quienes publicaron “El amor y las nuevas tecnologías: experiencias de comunicación y conflicto”. Las nuevas tecnologías de la comunicación afectan las relaciones amorosas de las y los jóvenes en la ZMG.
-Las consecuencias del amor digital-
Algunas de las consecuencias de este amor que se genera y se transmite a través de gadgets, las autoras señalan que existe un incremento del control bajo sospecha, supervisión y vigilancia entre la pareja. La posibilidad de ver la última conexión, status de una persona (soltera o en una relación) y si leyó o no el mensaje, provoca una reacción de ansiedad y búsqueda.
Pero también, favorecen un escenario libre, donde el modelo tradicional se rompe. Abre paso a la confianza plena y deja atrás las barreras territoriales. Incluso, el amor a distancia se vuelve opción. La presencia física se convierte en lujo.
Hay una creciente búsqueda de expresión, visibilidad y necesidad de hiperconexión (que cada dispositivo a nuestro al rededor este conectado a internet). La juventud denota la necesidad de hacer público sus gustos, experiencias y opiniones de manera virtual.
¿Y qué pasa con el amor romántico?
La definición remite a la idea de amar a una persona única, la cual se idealiza de manera dependiente y posesiva. La activista de ciudad, comunicadora pública y feminista Pocha, Ana González, aporta al tema.
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Ana, hace énfasis en la importancia de no promover ideas de amor dependiente y heroico.
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Se desvanece la distancia y se exige inmediatez.“Las parejas parecen desear adueñarse del tiempo libre del otro, es decir, que conceder tiempo a la pareja es un signo de amor”, añade Rodríguez Salazar en su texto, para explicar que la comunicación se vuelve rutinaria.
En la distancia, representan la vía de comunicación para mantener viva la relación. Abre paso a la confianza plena, el amor a distancia se vuelve opción y la presencia física se convierte en lujo.
Ana Gonzales aporta que las relaciones digitales pueden ser un arma de doble filo y lo explica con la hiperconectividad.
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