Teherán, Irán.

Irán se preparaba este lunes para las nuevas sanciones de Estados Unidos, en un contexto de manifestaciones en varias ciudades contra la difícil situación económica y la corrupción del gobierno del presidente Hasan Rohani.

Los últimos días se registraron manifestaciones esporádicas en varias ciudades así como huelgas, fruto de la inquietud cada vez mayor y del disgusto con el sistema político.

Estados Unidos, que unilateralmente decidió retirarse del acuerdo sobre el programa nuclear iraní alcanzado en 2015, acentúa la presión.

El domingo, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, prometió "hacer cumplir las sanciones", cuya primera tanda regirá desde el martes a las 04H01 GMT.

En esta primera ola de medidas Washington apunta a bloquear las transacciones financieras y las importaciones de materias primas. Impone asimismo medidas punitivas a las compras en el sector automotor y la aviación comercial.

En noviembre, una segunda tanda de sanciones apuntará al sector petrolero y gasífero así como al Banco Central.

Estas medidas van a pesar en la economía iraní, ya azotada por una elevada tasa de desempleo y la inflación. El rial iraní se devaluó de casi dos tercios de su valor en seis meses.

- Estados Unidos "aislado" -

Diseño: Simon Malfatto - AFP

Para limitar el impacto y apuntalar al rial, Rohani debe presentar el lunes por la noche (17H15 GMT) en un discurso por televisión, una serie de medidas.

Antes de los anuncios de Rohani, el canciller iraní, Mohamad Javad Zarif, dijo el lunes que los líderes de Estados Unidos, del reino conservador sunita de Arabia Saudita y de Israel, están aislados en su hostilidad hacia Irán.

"El mundo entero dijo que no apoya la política estadounidense contra Irán. (...) Hable con quien quiera, en cualquier parte del mundo y le dirán que (el primer ministro Benjamin) Netanyahu, (el presidente de EEUU Donald) Trump y (el príncipe heredero saudita Mohamed) bin Salmán están aislados, no así Irán", dijo en un discurso según la agencia ISNA.

El gobierno iraní anunció el domingo que flexibilizaba las medidas para apuntalar la tasa de cambio. Las casas de cambio, cerradas en abril, podrán volver a abrir sus puertas, aunque con un control mayor por parte de las autoridades.

También el domingo las autoridades judiciales detuvieron al vicegobernador del Banco Central a cargo del departamento de cambio, Ahmad Araghshi, acusado de especulación.

- "Presión máxima" -

Fotografía: Gal Roma - AFP

Estas medidas llegaron en medio de una gran tensión a nivel nacional. Las autoridades impusieron severas restricciones a la prensa por lo que fue imposible verificar de fuente independiente la amplitud de las protestas en Karaj, al oeste de Teherán, uno de los epicentros de las manifestaciones y adonde periodistas constataron el domingo por la noche una fuerte presencia policial.

El acceso a la red de telefonía celular y a internet estaba interrumpido en la región.

La prensa conservadora se hizo eco de esas manifestaciones en momentos en que el presidente moderado Hasan Rohani parece debilitado.

El acuerdo sobre el programa nuclear de 2015 necesitó años de negociaciones entre Teherán y las potencias occidentales. Apunta a garantizar el carácter estrictamente pacífico de las actividades nucleares de la República Islámica a cambio del fin progresivo de las sanciones económicas.

En su último informe el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) certificó a fines de mayo que Irán seguía cumpliendo sus compromisos en el marco del acuerdo.

Pero el presidente estadounidense Donald Trump criticó el pacto y repitió que estaba dispuesto a ejercer una "presión máxima" contra Irán.

La semana pasada Trump sorprendió al afirmar que estaba dispuesto a reunirse con los dirigentes iraníes, esto a pesar de que en el pasado su asesor de seguridad nacional, John Bolton, habló públicamente a favor de un cambio de régimen en Teherán.

Según Pompeo los iraníes están disconformes por "el fracaso de sus líderes en cumplir las promesas económicas que le habían prometido".