Miami, Estados Unidos.
Las aguas residuales descargadas en Texas por las inundaciones del huracán Harvey comportan un alto riesgo de enfermedades, como infecciones bacteriales y males provocados por picadas de mosquitos, con consecuencias que podrían prolongarse por años, advierten los expertos.
Los riesgos que conllevan las inundaciones incluyen la muerte por ahogamiento -a menudo de personas que se ahogan en sus coches cuando tratan de huir-, la electrocución y la hipotermia.
Pero, a largo plazo, el panorama es aún más sombrío: las comunidades tendrán que lidiar con enormes cantidades de agua contaminada en las calles, los hogares y los comercios.
Cuando una inundación ocurre en una zona metropolitana densamente poblada, como Houston, de seguro será sucia y peligrosa, dicen los expertos.
Destrucción y “serias” inundaciones al paso del huracán Harvey por Texas
"Hay aguas residuales, toda clase de pesticidas, desechos, herbicidas y toxinas de las que ni siquiera tenemos noticia", dijo Ranit Mishori, una médica general y profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Georgetown.
"Estamos hablando de cientos de tipos de bacterias y virus distintos que pueden contaminar el agua", añadió.
La gente puede enfermarse simplemente por caminar a través de aguas inundadas sucias con una herida abierta.
"El mayor problema es la liberación de aguas residuales y las infecciones bacterianas", dijo Howard Selinger, jefe de medicina familiar de la escuela de medicina de la Universidad Quinnipiac.
Las aguas sucias también pueden infiltrarse en el agua potable del sistema, lo que eleva aún más los riesgos de beber agua contaminada y, con ello, de cólera.
El cólera causa una diarrea severa y enferma a entre tres a cinco millones de personas en el mundo cada año, de las que mueren unas 100 mil.
"La propagación del cólera es uno de los peligros más importantes tras cualquier desastre natural, pero especialmente tras una inundación provocada por un huracán", dijo Robert Glatter, un médico de urgencias del hospital Lenox Hill de Nueva York.
"El cólera es muy contagioso y puede ser transmitido de persona a persona a través de heces infectadas, luego que se ha consumido agua sucia".
El cólera es infrecuente en Estados Unidos y en otros países industriales, pero se han registrado algunos brotes en la última década en el mundo, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.
- Agua sucia -
Estudios de varias inundaciones en todo el mundo muestran un aumento en la incidencia de una enfermedad llamada Leptospirosis, causada por orina de roedores, cerdos o caballos, y que puede ser fatal.
La bacteria puede entrar al cuerpo a través de la piel, de membranas mucosas o del agua para beber.
Los síntomas aparecen entre dos días y cuatro semanas y pueden empezar como una gripe con fiebre, vómitos, escalofríos y diarrea. La enfermedad se agrava progresivamente y puede producir fallas hepáticas o renales, además de meningitis.
Los ancianos y los discapacitados son muy vulnerables", dijo Mishori. "También las personas enfermas y los niños. Ellos serán las primeras víctimas".
La gente puede enfermarse incluso por bañarse en agua contaminada.
"Después de una inundación, es fundamental hervir toda el agua, bien sea para tomar, bañarse o cepillarse los dientes. El agua embotellada sigue siendo la fuente más segura en este escenario", dijo Glatter.
- Moho y salud mental -
Verse forzado a evacuar, vivir en un refugio improvisado o perder todas las posesiones puede ocasionar un trauma psicológico que permanece largo tiempo luego del acontecimiento, dicen los expertos.
Además, los hospitales se llenan rápidamente y la gente tiene dificultades para encontrar medicamentos y tratamientos fundamentales.
A lo largo de las semanas y meses siguientes, los empantanados edificios desarrollarán moho, que puede ser tóxico y producir problemas de salud a las personas expuestas.
"Uno de los legados de Katrina (el huracán de 2005 que devastó Luisiana) fue el moho que quedó por tanto tiempo en las escuelas y otros edificios", dijo Mishori.
Las enfermedades virales como la del Nilo y el Zika también pueden comenzar a propagarse en las próximas semanas, dado que los mosquitos que las contagian prosperan en las aguas estancadas.
Diversos estudios han analizados los efectos a largo plazo que tienen los desastres en la salud pública y hallaron que la lucha está lejos de haber sido ganada una vez que las aguas retroceden.