Autoridades mexicanas hallaron el viernes dos osamentas en zonas cercanas a la fronteriza Ciudad Juárez, con lo que sube a 139 el número de víctimas enterradas de forma clandestina en esa región localizadas en poco más de un año.

Eberth Castañón, uno de los peritos que trabaja en la zona, dijo a la AFP que por las condiciones de los restos óseos se estima que fueron enterrados entre 2012 y 2015.

De las 139 víctimas localizadas desde enero de 2017 a la fecha, solo han sido identificadas 22, por lo que expertos continúan con los trabajos de genética y la recuperación de más restos en la zona, así como en los cercanos municipios de Praxedis G. Guerrero y Guadalupe.

Las autoridades estiman que la mayoría de las víctimas fue enterrada entre 2010 y 2015, como parte de la guerra entre el Cártel de Juárez y el poderoso Cártel de Sinaloa, que se intensificó a partir de 2008 por la pugna de venta, distribución y el cruce de las drogas hacia Estados Unidos.

El hallazgo se realizó en una zona que había sido señalada por Mauricio Luna Aguilar, alias "El Papacho", quien se encuentra preso por haber participado como sicario del Cártel de Juárez.

Durante las excavaciones, los peritos utilizan un protocolo para evitar que las piezas sufran afectación o desintegración.

"Si encontramos algún resto óseo vamos haciendo la recuperación al interior de la fosa, y si se encuentra la osamenta en su forma anatómica (...) iniciamos la excavación a detalle hasta recuperar la osamenta completa", explicó Ana Karen Rodríguez Montes, perito criminalística de campo.

Después, los restos son trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo), donde se trabaja en establecer el perfil genético, para lograr identificarlo y entregarlo a sus familiares.

Desde diciembre de 2006, cuando se lanzó un operativo militar antidrogas, se han registrado en el país cerca de 200.000 muertes violentas, según cifras oficiales que no detallan cuántos casos están ligados a la criminalidad.

Se estima que en el país hay más de 30.000 desaparecidos.

Veracruz, en el este de México, ostenta el mayor número de víctimas halladas en fosas clandestinas, con 578 cuerpos rescatados entre 2007 y mediados de 2016