Guadalajara, Jalisco.

Cada mes de confinamiento, el gimnasio ubicado en Chapultepec y Justo Sierra pierde en promedio 200 mil pesos y se pone en riesgo el sustento de 10 familias.

Su dueño, Mane Castillo se suma a los gimnasios que han pedido la reactivación de estos negocios bajo estrictos protocolos sanitarios que disminuyan los riesgos de contagio de COVID-19.

Entre las medidas que prometen está un aforo de una persona por cada siete metros cuadrados, control de asistencia por medio de citas, toma de temperatura, sanitización de aparatos continua, señalética y educar a los usuarios para que colaboren con la limpieza del área de ejercicio.

En Jalisco y en el país crecen los casos confirmados y las muertes por coronavirus a la par de la crisis de estos negocios. El gimnasio de Mane Castillo pertenece a una cadena, donde se estima que el 10% de sus establecimientos cerrarán de manera definitiva tras la emergencia sanitaria. A decir de este empresario, los gimnasios pequeños de barrio tendrán menos posibilidades de sobrevivir.

"En esta industria tenemos igual o menor riesgo que otras industrias que están abiertas...lo que necesitamos es trabajar".

Los entrenadores e instructores perciben un ingreso por clase impartida y según cálculos de este gimnasio, con los ingresos del 40% de la membresía podrían sobrevivir el resto del año para recuperarse en 2021.