El último adiós a Fernando del Paso en voz de sus hijos
Fotografía: Lupita Martínez




Guadalajara, Jalisco.

Con la voz entrecortada y tratando de controlar su temblorosa quijada, Paulina del Paso Gordillo se acercó al micrófono; tomó un respiro y recordó las palabras de su padre en el libro Palinuro de México.

“Lo que nunca jamás pudimos medir fue nuestro amor porque era infinito (...)" continuó por dos minutos.

Al concluir con el fragmento del libro que había escrito su padre, se abrazó a el y volvió a su lugar en la guardia de honor en donde se encontraban sus hermanos y sobrinos.

Instantes después, Alejandro del Paso Gordillo recordó una anécdota familiar que hacia referencia a la lectura de su hermana Paulina.

“Recuerdo cuando mi hermana Paulina tenía aproximadamente cuatro años; yo le pregunté cuánto me quería en inglés y traducido al español básicamente me dijo: que si contáramos los dedos de las manos de todos los seres en el mundo así me quería y es parte del amor y del cariño de la familia Del Paso”, relató.

Alejandro y Adriana del Paso Gordillo agradecieron el cariño y adopción de la Universidad de Guadalajara y del estado que acogió al escritor, poeta, pintor y diplomático mexicano con los brazos abiertos.

“Ahí está todo el año; cuando yo me muera ahí está todo el año tómalo, cuando yo me muera cómprate un calendario y por cada mes que todavía me quieras deshoja la hoja; arráncala, arrójala.

A Enero mándalo al cielo, a Febrero con mis camisas, con Marzo envuelve una rosa y hazte con Abril un barco que navegue despacio hasta Mayo; a Junio dile que me salude a Julio y mándalos a los dos en un embudo; yo con Agosto amada mía cubre tus pechos para que se encienda el día. Cuando yo me muera ahí está Septiembre bésalo, con Octubre haz un cometa y con Noviembre haz su cola y a Diciembre deshojarlo y jura que al mismo tiempo si me quieres, no me quieres, si me olvidas no me olvides”, citó Alejandro del Paso.

Ocupó su espacio en la guardia de honor y cedió el micrófono a su sobrino Tonatiuh del Paso, quien leyó un texto de su abuelo adaptado por él en su honor.

“Oh abuelito, reflejo que estrella fuiste de la cuna, olas que son columpio de la luna. En tus aguas espejo tembladero. Al enterarnos de tu muerte, el cielo y yo caímos cuerpo entero. Siempre te extrañaré abuelo, te amaré por siempre tu nieto y tu hijo Fernando” exclamó entre sollozos.

La familia del Paso agradeció el homenaje realizado y enfatizó el apoyo incondicional que le externo en todo momento la Universidad de Guadalajara.