París, Francia
El deshielo en el océano Ártico debido al cambio climático, no facilita la navegación comercial por el paso entre Europa y Asia, contrariamente a la creencia popular y en realidad hace que la travesía sea más peligrosa, según un estudio publicado este jueves.
El paso del Noroeste, que hace un siglo era infranqueable, despierta el interés porque es un atajo que reduce la ruta en cerca de 7.000 km, debido a la reducción de la capa de hielo por el calentamiento global.
"Hemos descubierto que, en realidad, es casi lo contrario", declaró a la AFP Alison Cook, experta en navegación polar de la Asociación Escocesa para las Ciencias Marinas y autora principal del estudio publicado el jueves en la revista Communications Earth and Environment.
Lejos de aumentar, el número de semanas anuales en las que un barco puede navegar de manera segura por este paso se ha reducido entre 2007 y 2021.
Aunque la banquisa disminuye, el hielo más antiguo y más grueso deriva cada vez más hacia el sur, creando cuellos de botella.
- Estos trozos de hielos presentan un mayor riesgo para los barcos que las formaciones más reciente que son más delgadas, afirma el estudio.
Además, la falta de infraestructura, su lejanía, la elevación del fondo marino y sus estrechos laberínticos siguen haciendo que la travesía sea peligrosa.
En 1845 la legendaria expedición del británico John Franklin terminó con la pérdida total de sus dos barcos. En 1906, el noruego Roald Amundsen se convirtió en el primer europeo en lograr la travesía.
- Desde entonces, aunque sigue siendo muy bajo, el número de barcos que se aventuran en el paso aumentó, pasando de 112 en 2013 a 160 en 2019, según el Consejo del Ártico, una organización intergubernamental.
Cargueros, barcos pesqueros, embarcaciones de carrera e incluso un crucero de 1.000 pasajeros ya han realizado esta travesía.
En 2021, otro estudio predijo que si las temperaturas globales aumentaban 2°C por encima de los niveles de la Era Preindustrial, el paso del Noroeste sería navegable parte del año.
Esto está lejos de ser una realidad. El hielo más antiguo y grueso que se acumula en el paso estará presente "durante (...) muchos años", estimó Cook.
"Se trata más bien de una advertencia", añadió, ya que el número de viajes a través del Ártico canadiense en su conjunto se cuadruplicó desde 1990.