Guadalajara, Jalisco.
En un mundo en el que actualmente se vive una crisis de confiabilidad en las instituciones, el sociólogo Manuel Castells cree que la única manera de abatir la violencia que prevalece en el mundo es el arte y la cultura, subrayó en su Conferencia Magistral Creatividad y Cultura Digital.
“Hoy día desde la perspectiva de los jóvenes quien se puede fiar del Estado de México o en un Estados Unidos o una Europa xenófoba que si no eres del país te meten a la cárcel. Quien se puede fiar en el estado que se ha convertido un instrumento de control de grupos seleccionados sin ningún tipo de empatía con el resto de la sociedad”, señaló .
Lo anterior luego de explicar que con el acceso a internet, y el boom de las redes sociales se tiende a entrar a una cultura de aislamiento en la que se puede llegar a una comunicación individualista en la que se desintegra la comunicación entre las personas.
“La no comunicación en las sociedades, la construcción de universos paralelos de sentido es la base de la violencia y ese es el problema hoy día en todo el mundo y entonces que, esto no es culpa de la comunicación digital, sino es tendencias sociales profundas y la cultura de la individualización”, indicó
Destacó que esta crisis la viven también los medios de comunicación, expresó que existen estudios de comunicación política que revelan que las grandes mayorías de personas en el mundo no miran la televisión o leen los periódicos para informarse sino para confirmarse, ya que los medios de comunicación se han convertido en medios de incomunicación.
Castells aseguró que es necesaria la búsqueda esencial de protocolos de comunicación que restablezcan la comunicación de humanos entre humanos sin pasar por mediaciones institucionales y considera que la cultura puede ser la que ayude a combatir la violencia.
“En un mundo de espejos rotos formados por textos no comunicables, el arte en todas sus formas puede trastender nuestra erradicada soledad y puede hacerlo renovándose continuamente en una creación digital y colectiva en que los artistas somos todos y todos somos sujetos emotivos de ese arte que nos hace llorar y reír como si volviéramos a creer en la vida”, concluyó.