Ocotlán, Jalisco
Los datos ajustados del segundo trimestre de la economía mexicana son contundentes: 0.0 por ciento de crecimiento, de acuerdo al informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esto quiere decir que la economía se frenó en la primera mitad del año, luego de que el primer trimestre apenas se haya tenido un crecimiento de 0.2 por ciento.
Al analizar los datos de los tres sectores que componen la economía, en el segundo semestre se destaca que el sector de servicios tuvo un crecimiento de 0.2 por ciento, en tanto el sector de la industria tuvo una caída de 0.2 por ciento, y el primario también cayó pero 3.4 por ciento. Dentro de los movimientos más destacados, el comercio minorista tuvo su mejor cifra en cinco trimestres: 1.7 por ciento de crecimiento, mientras que por el lado negativo tenemos a la industria de la construcción con su caída más estrepitosa en los últimos tres años y medio: 2.9 por ciento de contracción.
Ante este panorama poco alentador, la pregunta es cuáles son las alternativas que tiene la economía mexicana para salir del estancamiento. Una de las fundamentales es la recuperación de la confianza para que vuelvan las inversiones: si la medida del gobierno de invertir 485 mil millones de pesos en obras públicas logra motivar a la iniciativa privada para que acompañe las inversiones, seguramente se logrará revertir la tendencia de desaceleración y la economía volverá a la línea del crecimiento y de la generación de empleos.
La confianza es fundamental porque de ella dependen las inversiones del sector privado y todo lo que viene en consecuencia: obras, proyectos, emprendimientos, ampliaciones de negocios y todos los empleos directos e indirectos. Si el gobierno sostiene que pese al crecimiento cero hubo mejor distribución, eso será muy difícil de sostener si no se recupera el repunte de la actividad económica en su conjunto.
Otra opción fundamental para la recuperación es el presupuesto 2020: por sus proyecciones de inversión sabremos lo que podemos esperar. Si la apuesta es por invertir en obras públicas, seguramente se buscarán resultados rápidos para la reactivación de los empleos y la distribución de ingresos. Si la inversión va destinada principalmente a educación, ciencia y tecnología, la proyección sería a mediano y largo plazo pero con resultados más duraderos e importantes para el crecimiento económico y la disminución de la desigualdad.
Las otras opciones son oxigenar la economía desde fuera: conseguir nuevos mercados para las exportaciones, así como apostar por la atracción de capitales en sectores estratégicos como la industria aeroespacial o la industria tecnológica. Otra fuente de ingresos importante es el turismo, que en el primer semestre tuvo un crecimiento del 7 por ciento, con un total de 22.1 millones de visitantes extranjeros que dejaron alrededor de 11 mil 915 millones de dólares.
Y también debemos tener en cuenta que el Banco de México abarató recientemente el costo del dinero para que los préstamos sean menos costosos y puedan llegar a más pequeños y medianos empresarios.
Ciertamente estamos ante una economía estancada pero con muchas opciones de recuperación. Habrá que ver qué caminos se toman.
Por Héctor Claudio Farina
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