Washington, Estados Unidos.
Estados Unidos discute este miércoles con negociadores de China cómo conjurar las confrontaciones comerciales a horas de que empiecen a aplicar una nueva andanada de aranceles contra la potencia asiática, mientras continúa su diálogo con México sobre el TLCAN.
Las conversaciones formales con enviados de Pekín a Washington serán las primeras desde junio sobre la multifacética y creciente guerra comercial entre las dos mayores economías del planeta.
Entretanto, funcionarios de Estados Unidos y México esperan cerrar semanas de negociaciones sobre la modernización del Tratado Norteamericano de Libre Comercio (TLCAN), que rige desde 1994 e incluye a Canadá.
El presidente Donald Trump aplica una agresiva política proteccionista para reducir el déficit comercial estadounidense al cual le atribuye la destrucción de empleos en su país. Empero, los socios comerciales de Washington aplicaron medidas de represalia que dañan a productores agrícolas, fabricantes y consumidores estadounidenses.
Un documento de la Reserva Federal divulgado este miércoles mostró que la entidad considera que las disputas comerciales implican "trascendentales" riesgos para la economía.
Las firmas estadounidenses están cada día más preocupadas por los aranceles a las importaciones que impone Trump. Consideran que elevan sus costos de producción y dañan a la economía aún cuando el moderado optimismo en alcanzar una solución negociada anima a Wall Street.
Si bien las conversaciones quedaron abiertas este miércoles, a partir del primer minuto del jueves (04H01 GMT) otros productos chinos importados por 16.000 millones de dólares serán alcanzados por aranceles.
Esa andanada completa la primera salva arancelaria de 50.000 millones de dólares aplicada por Washington para castigar a Pekín por sus prácticas comerciales que considera desleales, incluyendo el robo de tecnología.
China ya dijo que responderá inmediatamente y por el mismo monto contra productos estadounidenses. Entre los cientos de artículos que están en su mira se cuentan las motos Harley Davidson, el bourbon y el jugo de naranja.
Además, Estados Unidos tiene en la manga la imposición de aranceles a otros bienes chinos por unos 200.000 millones de dólares y también aplicar una tasa de 25% a los autos importados para proteger la producción doméstica. Ese paso está siendo discutido esta semana en Washington en audiencias públicas con representantes de empresas estadounidenses concernidas.
- Impacto en empresas de EEUU -
Trump dijo a comienzos de semana que no espera nada de las conversaciones que están en desarrollo.
"Somos un país que ha sido explotado por cualquiera y no vamos a ser explotados más", dijo en un acto público este martes.
"No ha habido un camino de dos vías: sólo una calle de una sola mano y no sólo con China sino con todos", remarcó.
Miles de grandes y pequeñas empresas e industrias estadounidenses demandaron a Trump que reconsidere su política comercial porque consideran que les perjudica. Pero hasta ahora, Trump ha hecho oídos sordos y apenas exceptuó a unos pocos productos en sus decisiones arancelarias.
Washington fue forzado a anunciar un programa de ayuda de 12.000 millones para aquellos productores agrícolas perjudicados por los aranceles de represalia que impusieron tanto China como otros países.
- La marcha del TLCAN -
Los esfuerzos por modernizar el TLCAN parecen algo más esperanzadores luego que el Representante Comercial de Estados Unidos comunicó que se espera llegar a algún entendimiento con México en cuestión de días.
El ministro mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo el miércoles que algún entendimiento podría cristalizar "en las próximas dos horas o dos días", según informes de prensa.
La publicación estadounidense Político dijo que la Casa Blanca planea un anuncio en una ceremonia el jueves pero México ha remarcado que no cerrará ningún acuerdo hasta que Canadá vuelva a las negociaciones.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá no ha dicho cuándo su titular y principal negociadora Chrystia Freeland volverá a Washington.
Los tres países vienen negociando desde hace un año para salvar ese acuerdo de libre comercio que Trump considera nefasto para su país.