Delincuentes y corruptos han abusado de la figura del juicio de amparo para obtener impunidad




Guadalajara, Jalisco.

Satanizado y desprestigiado, es como llega el juicio de amparo a 2017, año en que se celebra el ducentésimo aniversario del natalicio de su creador: Mariano Otero.

Concebido originalmente como una herramienta legal para que el ciudadano combatiera los abusos del Estado y pusiera límites al ejercicio del poder político, hoy parece que el espíritu del juicio de amparo se ha tergiversado y algunos lo han tomado como sinónimo de impunidad.

Delincuentes o funcionarios acusados de corrupción que evitan llegar a la cárcel;  licorerías que venden alcohol las 24 horas pisoteando reglamentos; magistrados que logran eternizarse en sus cargos a pesar de no ser ratificados por los Congresos, son algunos ejemplos que han dejado mal parado al Juicio de amparo.

El investigador en temas jurídicos y de seguridad, Guillermo Zepeda Lecuona, reflexiona que la máxima aportación de México al mundo del derecho, no tiene un buen prestigio social actualmente. A esto se suma lo complicado que es para un ciudadano común poder entenderlo y tramitarlo.

“En la actualidad, sí. Se ha criticado mucho que el Juicio de Amparo es cada vez menos accesible. Está muy formalizado, se necesita necesariamente un abogado, además un abogado con mucha pericia, porque hay más de 25 motivos para que no proceda un amparo. Y sí, hemos degradado al amparo a una tramitología de la suspensión y ha sido tomado como un pretexto para la impunidad o una forma para exacerbar las desigualdades en nuestro país”, expresó Zepeda Lecuona.

Zepeda Lecuona, coincidió en que hace falta una revisión jurídica de esta figura: “A más de 150 años de la aparición constitucional del amparo, es momento urgente para hace una revisión, una reingeniería de procesos, para hacer del amparo una figura legítima ante los ojos de los mexicanos, accesible y que logre su propósito fundamental, que es hacer que los derechos abstractos se conviertan en garantías concreta”

Zepeda Lecuona señaló que el legado de Mariano Otero, no se limita al juicio de amparo, sino que también debe resaltarse su ideario político y  social, además de sus aportaciones al diseño institucional del país.