Cuatro meses después del ataque de Hamás, la ciudad de Ofaqim sigue curando sus heridas
Esta fotografía tomada desde Rafah muestra el humo que se eleva tras los bombardeos israelíes sobre Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, el 13 de febrero de 2024, en medio del conflicto en curso entre Israel y el grupo militante palestino Hamas. (Foto de SAID KHATIB / AFP)




Ofaqim, Israel.

"!Es una heroína!", dice la gente cuando ve a Tali Hadad, que salvó a 12 personas, incluido su hijo, del fuego de los milicianos de Hamás cuando entraron en la ciudad de Ofaqim, en el sur de Israel.

El 7 de octubre, los habitantes de un barrio tranquilo de esta pequeña ciudad se vieron sorprendidos por el ataque sin precedentes de las milicias del movimiento islamista palestino, que aquí dejó más de 40 muertos.

  • Ofaqim, a más de 25 km de la Franja de Gaza, es el punto más alejado del territorio palestino donde llegaron, en camionetas, los milicianos de Hamás.

Esa mañana, Tali Hadad, de 49 años, se negó a quedarse en casa. Primero mandó a su hijo Itamar, un soldado, a luchar y luego evacuó a numerosos heridos con su coche.

"Lo normal es lo que hizo Itamar, ir a pelear por el Estado de Israel, por Ofaqim y por su casa, porque podrían haber llegado a nuestra casa si él no hubiera tomado su arma. Si no lo hace para proteger su casa, ¿quién lo va a hacer?", dice esta madre de seis hijos, afincada desde 1997 en Ofaqim.

Ese día, a las 06h30 de la mañana, sonaron las sirenas para advertir que caían cohetes y los habitantes de este barrio pobre, cuyas casas son demasiado viejas para tener un refugio seguro, se encontraron cara a cara con hombres armados disparando.

Agujeros de bala 

Cuatro meses después, todavía se ven decenas de agujeros de bala en las paredes del barrio, testigos del horror vivido esa mañana.

"Hubo una alerta, mi esposa me despertó, salimos de casa y entramos al refugio seguro" de un barrio un poco más lejos, recuerda Shouki Yosef, de 63 años, entre lágrimas.

"Éramos unos 13. Escuchamos disparos, vi acercarse a los terroristas, nunca lo olvidaré, vi morir a mi vecino", recuerda.

Durante más de cinco horas escuchó los disparos y las granadas fuera. La batalla en la ciudad fue larga y finalmente los milicianos murieron o se fueron sin tomar rehenes.

Cuatro meses después, varios grupos de visitantes, guiados por los habitantes, descubren la tragedia de Ofaqim, un poco olvidada por los medios que han contado sobre todo las masacres y secuestros en los kibutz más cercanos a la Franja de Gaza.

  • El ataque del 7 de octubre de los comandos de Hamás dejó un total de 1.160 muertos del lado israelí, la mayoría de civiles muertos el mismo día, según un recuento de la AFP en base a datos oficiales israelíes.

La ofensiva israelí en Gaza para "aniquilar a Hamás" ha causado hasta ahora más de 28.300 muertos, según el movimiento palestino.

En las paredes de la casa de Shouki Yosef, hay inscripciones en hebreo e inglés que dicen "¡Muerte a los terroristas!" o "¡El pueblo de Israel vivirá!".

También se ven pancartas con los nombres y los retratos de lo muertos, con detalles sobre su vida y las circunstancias de su muerte.

"Ciudad de héroes" 

Y en la entrada del barrio hay un enorme dibujo de una mujer policía estrechando la mano de un civil, bajo el lema "Ciudad de héroes".

Entre estos "héroes" Tali Hadad es una de los más conocidas.

  • Después de enviar a su hijo Itamar a enfrentarse a los milicianos, decidió tomar su coche para evacuar a los heridos mientras esperaba la llegada de las ambulancias.

El primero que le trajeron fue a su hijo, "lleno de sangre", que había salido tan solo unos minutos antes. "Le subimos al coche y lo llevé a un centro de primeros auxilios a la entrada de la ciudad".

"Le quité el arma y le dije 'Itamar, eres un héroe, vas a estar bien, tengo que ir a ayudar a otras personas heridas'", recuerda. Luego dio el arma de su hijo a un joven soldado de permiso, que murió poco después mientras se enfrentaba a Hamás.

En total, Tali Hadad salvó la vida de doce personas evacuándolas del campo de batalla con las balas silbando sobre su coche.

Cuatro meses después, cuida a su hijo convaleciente "Israel no debe rendirse (...) Debemos ir hasta el final", asegura.