Jartum, Sudán.
Cientos de personas se manifestaron el domingo por cuarto día consecutivo en Jartum, la capital de Sudán, y sus alrededores, en contra del jefe del ejército, el general Abdel Fattah al-Burhan, que tomó las riendas del poder tras un golpe de Estado en octubre.
"Seguiremos luchando contra los golpistas hasta la formación de un gobierno compuesto únicamente de civiles", afirmó a la AFP Muayad Mohamed, en el centro de Jartum.
"No aceptaremos ningún compromiso mientras no se apliquen nuestras reivindicaciones, estamos en la calle por la libertad, por la paz, la justicia, un gobierno civil y el regreso de los militares a sus cuarteles", señaló Soha, de 25 años.
En 2019, el país vivió masivas protestas que desencadenaron la caída del dictador Omar al Bashir, después de 30 años en el poder.
Tras su salida, militares y civiles aceptaron organizar unas primeras elecciones libres, pero el 25 de octubre, el general Burhan detuvo a los líderes civiles y sumió el país en una ola de violencia y una crisis económica.
Tras el golpe de Burhan, Sudán fue suspendido de la Unión Africana y dejó de recibir ayuda internacional.
Desde el golpe, los sudaneses se han manifestado cada semana, pero el movimiento había perdido intensidad desde hace algunos meses.
El jueves sin embargo, las protestas cobraron un nuevo impulso con una manifestación de decenas de miles de personas, que dejó al menos nueve muertes y cientos de heridos por la represión de las autoridades, según un sindicato de médicos prodemocracia.
Desde octubre, al menos 114 personas murieron en las protestas y miles resultaron heridas, indica la misma fuente.
El viernes y el sábado, los manifestantes fueron dispersados por gases lacrimógenos.
Tanto la ONU, la UA y Estados Unidos ejercen presión para que se abra un diálogo nacional entre ambos bandos. Pero los civiles temen que un proceso así "legitime" el golpe.