Fotografía: Alfredo Estrella / AFP
Ciudad de México, México.
La principal caravana de migrantes centroamericanos que desafía al presidente Donald Trump con su caminata hacia Estados Unidos se fragmento nuevamente en Ciudad de México, donde cientos reanudaron su camino mientras el grueso permanece en un albergue esperanzados de conseguir autobuses para llevarlos.
Pero de los más de 5 mil 500 migrantes, en su mayoría hondureños, alojados desde el fin de semana en un albergue instalado por la alcaldía, sólo unos cientos reanudaron este viernes su marcha hacia la frontera norte de México, constató la AFP.
La noche anterior, en una asamblea se había decidido mayoritariamente que salían de la capital luego de fracasar en su pedido de que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) los dotara de 150 autobuses para facilitar su camino.
"En el transcurso de la madrugada se modificó el acuerdo, se quedan un día más, no nos dijeron por qué", dijo a la prensa Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos (defensoría) capitalina tras entrevistarse con los líderes del grupo.
La asamblea fue una tropezada discusión a gritos en los que una aparente mayoría reclamaba a gritos que era momento de partir y otros advertían que no se van sin autobuses.
Fotografía: Alfredo Estrella / AFP
"Nos vamos porque ya no podemos estar ahí esperando, sólo nos dicen mentiras de que nos van a dar buses y nosotros pasando hambre, frío. Con los niños es imposible, no hay agua para bañarse", dijo a la AFP Socorro Díaz, una hondureña de 32 años que decidió partir con sus niños de 4 y 7 años.
La caravana, que partió el 13 de octubre de San Pedro Sula escapando de la pobreza y la violencia y que ha recorrido más de mil 500 km, ha sido alojada en un centro deportivo, donde se les han proporcionado alimentos y atención médica.
Los migrantes de esta caravana, a la que siguen dos más con unos 2 mil cada una, están decididos a llegar a Estados Unidos pese a que el presidente Donald Trump, que los tacha de protagonizar una "invasión", ha advertido que no se dará asilo a quienes ingresen ilegalmente.
En la frontera con México ya han sido desplegados unos 4 mil 800 militares a la espera de la llegada de las caravanas.
-"¡Gracias!"-
A los que partieron, la alcaldía les facilitó trenes completos del metro para viajar sin paradas hasta el límite con el Estado de México y de ahí salir caminando hacia la autopista que conduce a Querétaro, ruta aprobada la noche del jueves.
"!Gracias México!", gritaban los migrantes mientras se arremolinaban, con niños y ancianos, en los andenes del metro.
Decenas de policías batallaban para organizarlos por grupos e indicarles el camino por el intrincado y concurrido metro a la hora pico en que multitudes de capitalinos se dirigen al trabajo y la escuela.
Los centroamericanos lucían cansados y llevaban a cuestas grandes mochilas con ropa, cobijas, y cosas personales
"Llevo ropa, los juguetes de los niños y la foto de mi difunta esposa, por ellos es que Dios mediante voy a llegar a la frontera y hasta Estados Unidos. Prefiero morir a darles una mala vida" dijo Justin Cortez mientras caminaba apurado agarrando de la mano a sus gemelos de diez años. Su esposa fue asesinada por las maras.
Los migrantes caminan hasta la caseta de peaje de la autopista que conduce al estado de Querétaro y por donde transitan a toda velocidad trailers cargados con toneladas de mercancía.
Ahí pedirán a los vehículos que pasan les permitan subir para adelantar varios kilómetros, como hicieron en las carreteras del sur del país. Un joven murió al caer de un camión de carga, por lo que la policía federal que sigue la marcha prohíbe que vayan colgados.
Otro de los debates ha sido la ruta ha seguir hacia frontera norte, de 3 mil 200 km a lo largo y en la cual lo mismo hay un desierto, considerado una trampa mortal, con montañas imposibles de atravesar.
"Nosotras las madres que llevamos hijos les decimos que la ruta más segura es Tijuana. Hay muchos que se quieren ir por otro lado porque no tienen hijos", dijo una mujer en la asamblea.
Tijuana, en la costa del Pacífico, está a unos 2 mil 800 km de Ciudad de México, es la ruta más larga y el paso hacia Estados Unidos es uno de los más vigilados.
La ruta más corta, de mil km, es hacia Tamaulipas, en la costa del Golfo de México, pero es la más peligrosa por la presencia de cárteles de las drogas. En 2010 fueron asesinados ahí un grupo de 72 migrantes.