Río de Janeiro, Brasil.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil comenzó a preparar las urnas electrónicas que serán usadas en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, legislativas y de gobernadores del 7 de octubre.
Cada urna está destinada a un circuito específico de cada estado. Para dejarla lista, los funcionarios ingresan en ella los datos de los electores de ese circuito y de los candidatos elegibles. Luego lacran el aparato, para que la información no pueda modificarse.
La urna tiene botones para digitar el número de la lista elegida y una pantalla que muestra una imagen del candidato seleccionado, antes de confirmar el voto.
El dispositivo comenzó a utilizarse masivamente a partir de las elecciones municipales de 1996 en Brasil, uno de los pocos países que posee en la actualidad un sistema electoral 100% electrónico.
El proceso es absolutamente seguro, según las autoridades electorales, que afirman que las urnas no tienen acceso a internet y sostienen que todo el sistema es verificado periódicamente para evitar ataques de hackers.
Cuando finaliza la votación, la urna emite una copia impresa de los resultados, como comprobante.
A mediados de septiembre, el candidato a la presidencia de la ultraderecha Jair Bolsonaro puso en duda la fiabilidad del sistema electoral, alertando sobre los riesgos de un posible fraude.
El presidente del Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), Dias Toffoli, salió rápidamente al cruce de sus afirmaciones, indicando que las urnas son "100% confiables".
Toffoli remarcó que Bolsonaro, diputado federal desde 1991, ya ha sido electo a través del voto electrónico. Y destacó que por primera vez las elecciones brasileñas contarán con observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Las polémicas reflejan las tensiones en torno a estos comicios, los más polarizados e inciertos en el país desde el fin de la dictadura militar (1964-1985). Bolsonaro lidera las encuestas, seguido por Fernando Haddad, designado por el encarcelado expresidente Lula como candidato del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).
En total, 147,3 millones de brasileños están empadronados para votar, con una segunda vuelta prevista el 28 de octubre.