"Vamos a buscar la forma de que estén mejor, de que no les falte alimentación, que no les falte atención médica, que tengan todo el apoyo", enfatizó el flamante mandatario mexicano.
Por su parte, Olga Sánchez, secretaria de Gobernación (Interior), declaró que "se pretende dar visas humanitarias, visas temporales, visas de trabajo, visas de cualquier cantidad de opciones que nos dé la ley para poder regularizar la situación jurídica de los migrantes".
La ministra consideró que lo más urgente para los migrantes es ejercer su derecho a la identidad en este país, donde muchos de ellos son blanco de redes de traficantes de personas y de drogas.
"Para proteger los derechos de estos migrantes, el primer derecho es su derecho a la identidad, quiénes son, que se registren, que nos den sus nombres, si vienen con familias, si vienen solos, de dónde vienen", expuso.
La caravana migrante recorrió más de 4.000 km durante más de un mes desde San Pedro Sula, Honduras, con el objetivo de llegar a Estados Unidos, donde buscan pedir asilo y construir una vida lejos de la pobreza y violencia de Centroamérica.
Cientos de ellos solicitaron su repatriación y más de 2 mil han empezado a regularizar su estancia en México para instalarse definitivamente.
La caravana, que llegó a sumar unos 7 mil personas, ha empezado a disolverse.
Unos 2 mil migrantes se encuentran en un nuevo albergue de Tijuana, frontera con San Diego, instalado para recibirlos a finales de noviembre.