Por Roberto Castelán López

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 El correcaminos desértico o correcaminos norteño es la especie presente en esta región de los Altos de Jalisco. En México existen dos especies: una destinada a los ambientes áridos o semiáridos, y la otra, a los ambientes tropicales, ambas del género geocoxis. La aquí presente es del género geocoxis californianus.

Es un ave acrestada, alargada, de plumaje rayado y cola larga. Prefiere estar la mayor parte del tiempo en el suelo, ya que es donde se encuentran sus presas potenciales. Su dieta va desde los insectos hasta lo pequeños mamíferos, lagartos o anfibios.

Aunque prefiere estar la mayor parte del tiempo en el suelo, la podemos observar volando distancias cortas cuando se encuentra en persecución de algún mamífero o algún roedor, que suelen ser los más difíciles de capturar.

Hay evidencia de que esta ave caza a otras aves, sobre todo a las pertenecientes al orden de los apodiformes, que son los colibrís.

Fotografía de Blake Shaw, recuperado de www.audubon.org

Es un ave hábil y bastante inteligente. Tiene la astucia y la fuerza suficiente para combatir con serpientes del género crotalus, dígase en la región la serpiente cascabel diamantada, con un veneno neurotóxico que podría matar al ave si le asesta la mordedura en tejido muscular.

Tiene una cresta negra y la parte posterior al ojo es azul y luego roja. Su plumaje es café con rayas negras, y esto le ayuda a mimetizarse entre los pastizales. Esta especie es conocida por ser monógama, es decir, se queda con una pareja para toda su vida. Ambos padres construyen y cuidan el nido, el cual colocan entre arbustos de matorral xerófilo. Pone de tres a cinco huevos y estos son de color amarillo pálido y la incubación puede durar hasta 20 días.

Las crías se quedan con sus padres hasta los 21 días después de la eclosión, y una vez abandonado el nido se pueden unir a sus padres para conseguir alimento con más facilidad durante otros 30 ó 40 días.

Hay información recopilada de manera empírica, que nos dice que esta especie es capaz de cruzarse con aves de corral, sobre todo con gallinas del género gallus.

Como dato interesante, es un ave tan rápida como la pintan, ya que puede alcanzar los 24 kilómetros por hora en el suelo al momento de perseguir a sus presas. Esta ave no frecuenta las regiones perturbadas por el hombre, y prefiere los sitios ecosistemáticos naturales, principalmente debajo de los montes o donde se encuentren cuerpos de agua.

Su papel ecológico es importante, ya que es un regulador de especies pequeñas de vertebrados.