Guadalajara, Jalisco.
La atención de personas en condición de calle, adultos mayores de escasos recursos, personas con discapacidad y enfermos abandonados por sus familias, quedó a la deriva con la desaparición del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS).
Desde el pasado 1 de febrero, cuando se publicó el decreto de extinción del IJAS, 80 empleados de la Unidad de Atención de Personas Indigentes no han podido ingresar a su área de trabajo, en la que se da seguimiento clínico a 280 pacientes, el 95% con enfermedad mental, denunció el enfermero, Fernando Robles.
Fotografía: Georgina García Solís
“Los pacientes gritan porque tienen hambre, el medicamento no se les ha dado el correcto, porque tenemos compañeros que están adentro, pero no son enfermeros, son gente que viene de un centro de rehabilitación, por lo cual hablamos con el director y le dijimos que no es lo mismo una persona con adicciones que una persona con enfermedad mental, porque hay que saber el manejo”.
Los trabajadores de la UAPI fueron sustituidos intempestivamente por voluntarios de otras instituciones. Algunas de las enfermeras lograron ingresar al albergue para capacitar de manera exprés a los voluntarios sobre el seguimiento que se le da a cada paciente, pero bajo la amenaza de que no volverán a entrar si ventilan qué pasa en la Unidad.
La enfermera Consuelo Rivas advirtió los riesgos de esta decisión:
“Tenemos organizado nosotros nuestro trabajo, los enfermeros de la mañana hace unos vasitos con los nombres del paciente, entonces te pasan a ti, que no conoces a nadie. Mis pacientes psiquiátricos obviamente muchos no responden por su nombre, tú ves el vaso y dices quién es, por ejemplo Consuelo y te van a decir seis que son Consuelo o tal vez nadie te contesta, y a esa persona se lo dan porque ni lo conocen y ni siquiera saben qué medicamento le están dando”.
Los enfermeros, trabajadores sociales, intendentes, cocineros, choferes y administrativos de la UAPI, con más de 10 años de antigüedad, tampoco tienen resulta su situación laboral.
Por su parte, el asilo Leónidas, que también dependía del IJAS, aparentemente opera con normalidad.
El gobierno del estado no ha aclarado qué planes tiene para estas áreas. Según el decreto, las funciones asistenciales del IJAS serán absorbidas por la secretaría del Sistema de Asistencia Social, y el DIF Jalisco se hará cargo de las dependencias como la UAPI, el Centro de Terapias Especiales, los Recintos Funerarios, el Centro de Capacitación para el Trabajo y el asilo Leónidas.