Sistema Anticorrupción Jalico



Por iniciativa del gobernador, hacia finales del año pasado se creó la Comisión Interinstitucional para la Implementación del Sistema Anticorrupción del Estado de Jalisco, en enero pasado se concretó. Lo interinstitucional está dado porque en la instancia participan personas de los tres poderes, de instituciones de educación superior, organizaciones de la sociedad civil y de los organismos autónomos. La secretaría técnica de este órgano es la Contralora, Ma. Teresa Brito. En suma, a grandes males, la corrupción lo es sin duda, grandes montones, y la Comisión es ancha, amplia y numerosa.

Sería entendible que quienes no conocían esta entidad efímera, al escuchar el nombre y luego el recuento lo que pretende, pensaran: otro de esos grupos que crea el gobierno y que no resuelven algo. La invitación es a que no dejen de pensar así, pero que además se cuestionen: si consideran la propuesta del gobernador es una más en la pila de dosificadores de atole por medio digital, ¿cómo se imaginan que podemos recomenzar el siempre interrumpido combate a la corrupción?

Ante la imposibilidad de recibir las respuestas, mencionaré algunas de las que aparecen cada que se invoca el anhelo por terminar con la corrupción: desde la exigencia de medidas extremas contra corruptos y corruptores, cada vez más mencionadas, como pena de muerte, mutilación y lucha con tiburones, hasta las que caben en los códigos actuales, legales y civiles: cárcel, multas, inhabilitación y vergüenza pública.

El caso es que eso que coloquialmente se menciona tiene que ver con castigos que suponen una condición previa: que los delitos sean investigados, perseguidos, juzgados y terminen en sentencia; aunque no dejo de lado que ante la ira extendida que se percibe por el estatus corrupto que hay en ciertas relaciones gobierno-iniciativa privada, gobierno-gobierno, gobierno-personas del común, gobierno-partidos, etc., (y por gobierno me refiero a los tres órdenes y a los tres poderes), sanciones como las mencionadas llevan una fuerte carga de expiación in situ, sumarias pues. Y no es de extrañar que se pidan escarmientos expeditos: la justicia en este país ha sido tan lenta y en muchísimos asuntos ausente, que lo que nos parece necesitamos ahora es lo que cubre esa ausencia: la venganza; una satisfacción que nos libere de la carga que entraña que durante tantos años nos hayan visto la cara y al mismo tiempo hayan condenado a la mediocridad, y a menos, tantos asuntos sociales, tal cual, por corruptelas: fuimos ricos en petróleo y se nos fue en satisfactores de corto plazo y en el beneficio de unos cuantos, ni el nivel educativo ni la infraestructura ni el sistema de salud y menos la seguridad pública dan cuenta del buen uso de aquella riqueza.

Pero con todo y las ganas de no pocos de instalar una metafórica guillotina y cesar la corrupción por la vía del exterminio de los corruptos, esto no es posible y ni siquiera iría al fondo del problema, porque como dije antes: es ya un modo de relación en el que ya ni siquiera reparamos. Por lo que la Comisión Interinstitucional creada a instancias del gobernador puede verse como uno de los espacios en los que es posible dar la batalla, medir la voluntad de algunos de quienes toman decisiones y calibrar si lo que a escala nacional es el Sistema que ampara a todo el país podría tener una réplica consecuente en Jalisco. Y no sólo: ahora que el Sistema Nacional está en un impasse, por el ya tradicional juego político, la Comisión luce como el ámbito para en Jalisco atrevernos a superar lo hecho en otros lugares.

El trabajo de una treintena, un poco más, de expertas y expertos, de legisladores, ellas y ellos, un magistrado y etc., ha dado insumos a Aristóteles Sandoval para enriquecer sus iniciativas, las que a su vez serán insumos para que el Congreso modifique la Constitución y la Ley de Responsabilidades Administrativas, por mencionar dos. Ayer mismo el gobernador enviaría el primer paquete, así lo declaró. Lo que sigue es averiguar cuánto de lo mucho que propuso una congregación plural, de hombres y mujeres inteligentes y de buena fe, quedó en el documento que recibió el Congreso y luego, cuánto queda en lo que al cabo legislen los diputados. Lo que no quiere decir que sólo de la Comisión manan las mejores ideas, no, por supuesto que no, al final, ya quedó dicho: el trabajo de la Comisión, el de otras iniciativas muy buenas que ya tienen los representantes populares y el que resulte del Congreso, son meros actos introductorios para la obra completa para la que ya sonó la tercera llamada: que la corrupción disminuya rápidamente y que sus más conspicuos adoradores paguen por sus acciones.

Pero vale la pena sacar a la opinión pública a la Comisión Interinstitucional: esta vez, los legisladores y las legisladoras, los partidos políticos y los gobernantes no podrán decir no nos dieron leyes perfectas, sino unas perfectibles, como es tradición. Artículo por artículo, inciso por inciso, el afán anticorrupción quedó manifiesto, los detalles del mal fueron expuestos, reconocidos y debatidos a profundidad, por lo que el único camino que tienen por delante, el Congreso y la estirpe política, es crear ordenamientos legales en concordancia con la aspiración más alta, la que durante las sesiones de la Comisión pareció común y que ayer mismo en Casa Jalisco fue celebrada.

Insisto: la labor en esa Comisión es nomás ejemplo, por varias partes en Jalisco, con similar calidad y esfuerzo, y aún desde el gobierno federal, se ha dicho, escrito y legislado suficiente como para que aquí salgamos con leyes y reglamentos menores, sólo por no dejar. En muchas materias la tensión en la sociedad está al máximo, en detrimento del capital social y de la democracia, y una de esas materias es la corrupción: mucho se juega de aquí a julio, ojalá no incurramos en un acto fallido más.


Augusto Chacon
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