Reemplazado en la Torre Eiffel, Ducasse lanza un barco restaurante en el Sena




ParísFrancia.

Alain Ducasse no pierde la Torre Eiffel de vista: tras haber sido sustituido al frente del lujoso restaurante del monumento parisino, el celebérrimo chef francés estrena concepto con un barco eléctrico que servirá alta cocina en el Sena.

"Alta gastronomía francesa, accesible y contemporánea", resumió a la AFP Ducasse, al presentar su barco "Ducasse Sur Seine", de 38 metros de eslora, amarrado frente a la Torre Eiffel.

La nueva apuesta de este chef con 21 estrellas Michelin, más que cualquier otro cocinero en vida, y un imperio gastronómico con unos 30 restaurantes en el mundo, empezará a navegar el 10 de septiembre.

"Los paseos sobre el Sena son increíbles, el viaje arquitectónico y cultural más extraordinario del mundo sobre un río", dijo Ducasse, de 61 años, sentado en una mesa para dos en este restaurante para 130 comensales.

El almuerzo a bordo de este barco acristalado, una idea que Ducasse empezó a esbozar hace 5 años, costará desde 100 euros (117 dólares). Una cena, a partir de 150 euros.

Para ambos ágapes, será una hora y media de degustación mientras se avanza por el Sena y se admiran emblemas de París como el Louvre y la catedral de Notre Dame. De noche, se regresará en el momento en que la Torre Eiffel centellea para marcar la hora.

Después de 10 años al frente, Ducasse perdió la concesión del restaurante Jules Verne del monumento parisino, una estrella Michelin y lugar elegido por Emmanuel y Brigitte Macron para cenar con Donald y Melania Trump en julio de 2017.

Pese a haber llevado a los tribunales la batalla que perdió ante la multinacional Sodexo, Ducasse asegura haber superado el revés.

Desde el barco "veo la Torre Eiffel y además voy a ver todos los monumentos de París. La Torre Eiffel es una construcción fija. Empieza otra bella historia", agregó este empresario que ha enviado comida hasta a los astronautas de la Estación Espacial Internacional.

- Más verde, más saludable -

Esta nueva aventura, Ducasse la adecúa a los tiempos actuales, tanto en cocina, con platos más ligeros en azúcar, sal y grasa, como en la navegación, con un barco 100% eléctrico.

"El sentido de esta historia no es contaminar, hacer ruido, tener vibraciones, sino contribuir en el turismo ecológico", asegura. El proyecto, le supuso "mucha energía, dinero y tecnología para transformarlo en barco eléctrico", con un peso de más de 300 toneladas, añadió.

En cuanto a la carta, "elogiará los productos de temporada, con una cocina donde seremos cuidadosos con los recursos escasos del planeta".

"Hemos decidido estar en armonía con una sociedad que evoluciona, que quiere una comida más sana, mejor para el planeta. Tenemos un buen rodaballo con una salsa de champán", citó.

La preparación en crudo se efectuará sobre un pontón, antes de que un equipo de 36 cocineros y pasteleros, dirigidos por el chef Francis Fauvel, tome el relevo en una gran cocina instalada en la bodega del navío.

Para quienes estén dispuestos a pagar lo máximo, habrá un menú a 500 euros con champán y vino llamado "Paris est une fête" (París es una fiesta), que evoca el famoso libro de Ernest Hemingway.

La ambición de Alain Ducasse, reputado por su exigencia y su obsesión por el detalle, es desmarcarse de la competencia, numerosa, en el Sena. "Mi decisión fue hacer un restaurante flotante, no un barco en el que uno se alimenta".