- Más verde, más saludable -
Esta nueva aventura, Ducasse la adecúa a los tiempos actuales, tanto en cocina, con platos más ligeros en azúcar, sal y grasa, como en la navegación, con un barco 100% eléctrico.
"El sentido de esta historia no es contaminar, hacer ruido, tener vibraciones, sino contribuir en el turismo ecológico", asegura. El proyecto, le supuso "mucha energía, dinero y tecnología para transformarlo en barco eléctrico", con un peso de más de 300 toneladas, añadió.
En cuanto a la carta, "elogiará los productos de temporada, con una cocina donde seremos cuidadosos con los recursos escasos del planeta".
"Hemos decidido estar en armonía con una sociedad que evoluciona, que quiere una comida más sana, mejor para el planeta. Tenemos un buen rodaballo con una salsa de champán", citó.
La preparación en crudo se efectuará sobre un pontón, antes de que un equipo de 36 cocineros y pasteleros, dirigidos por el chef Francis Fauvel, tome el relevo en una gran cocina instalada en la bodega del navío.
Para quienes estén dispuestos a pagar lo máximo, habrá un menú a 500 euros con champán y vino llamado "Paris est une fête" (París es una fiesta), que evoca el famoso libro de Ernest Hemingway.
La ambición de Alain Ducasse, reputado por su exigencia y su obsesión por el detalle, es desmarcarse de la competencia, numerosa, en el Sena. "Mi decisión fue hacer un restaurante flotante, no un barco en el que uno se alimenta".