Santiago de Chile, Chile.
La propuesta del Gobierno de Chile de que sean los actuales parlamentarios los que redacten una nueva Constitución generó este lunes el rechazo de la oposición, que pidió un mecanismo más participativo cuando el estallido social entra en su cuarta semana.
El anuncio lo hizo la noche del domingo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, en una improvisada rueda de prensa y tras mantener una larga reunión en la residencia del presidente con otros miembros del Gobierno y parlamentarios de la coalición oficialista "Chile Vamos".
"Hemos acordado iniciar el camino para avanzar hacia una nueva Constitución. Entendemos que es un trabajo que lo tenemos que hacer pensando en el país", indicó Blumel, quien explicó que el plan es que los parlamentarios se reúnan con "todos los sectores" para elaborar el texto y que este se vote luego en un plebiscito.
Aprobada en 1980 en un cuestionado referéndum y en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), la Carta Magna chilena ha sido reformada más de 40 veces, pero sigue siendo foco de críticas por su espíritu neoliberal y por haber favorecido la iniciativa privada en temas esenciales como la salud, la educación o las pensiones.
La redacción de un nuevo texto es una de las principales demandas del estallido social que vive Chile desde el pasado 18 de octubre, que ya se ha cobrado la vida de veinte personas -cinco de ellas a manos de las fuerzas de seguridad- y ha causado miles de heridos y detenidos, así como denuncias de abusos y torturas por parte de los agentes.
Para el presidente del opositor Partido Socialista de Chile (PSC), Álvaro Elizalde, "se debe convocar un plebiscito para iniciar un proceso constituyente y que los chilenos se pronuncien si quieren o no una nueva constitución y se pronuncien respecto del mecanismo para elaborarla".
El líder del opositor Partido Radical (PR), Carlos Maldonado, dijo por su parte que el mejor mecanismo para elaborar un nuevo texto es a través de un plebiscito y una Asamblea Constituyente y pidió al Gobierno consensuar con la oposición la hoja de ruta del proceso constituyente.
"Esta voluntad que ha expresado el Gobierno debe materializarse necesariamente a través de un acuerdo amplio con la oposición para que el proceso sea legítimo, creíble, claro y concreto", agregó Maldonado.
En la misma línea se manifestó el Partido Comunista de Chile (PPCH), quien aseguró en una declaración que "la ciudadanía no validará una Constitución emanada del Congreso aún cuando, de forma engañosa, se le asigne el nombre de constituyente".
El anunció del proceso constituyente generó cierta sorpresa dado el rechazo inicial del presidente de Chile, Sebastián Piñera, a cambiar la Constitución y la negativa de los partidos de centro derecha y derecha que integran la coalición oficialista "Chile Vamos".
"Gran paso inicial que el Gobierno acepte ir hacia una nueva Constitución. Habrá que definir cómo, pues tal proceso tendrá que contar con la participación efectiva de la ciudadanía. No podrá ser el Congreso la sede del proceso constituyente", expresó por su parte el excanciller y presidente del Partido por la Democracia (PPD), Heraldo Múñoz.
El estallido social, el más grave desde la vuelta a la democracia en 1190, se detonó en respuesta a la subida del precio de pasaje de metro, pero se convirtieron luego en un clamor popular contra el Gobierno y el desigual modelo económico del país.
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