Guadalajara, Jalisco.
Aunque Navidad es una época en la que las familias se reúnen para celebrar y estar unidas, este año, miles de migrantes centroamericanos tendrán una navidad triste.
Liz Ramírez, quien es originaria de Guatemala y se unió a la caravana migrante en busca de un mejor futuro para su familia, comenta que para ella y su familia, es un momento difícil, pues no pueden estar cerca de sus seres queridos, y tampoco podrán celebrar como regularmente lo hacen.
“Podrá imaginarse muy triste. Para nosotros sería la primera navidad pues que pasamos fuera de nuestro país y lejos de nuestros seres queridos, pues la verdad es bastante difícil”.
Llegaron a Tijuana hace aproximadamente un mes al albergue El Barretal. Hace unos días sus niñas tuvieron una posada, pudieron comer pan y chocolate caliente, pero no es lo mismo a estar en casa.
“Quisieron de cierta manera levantarnos los ánimos, pero la verdad es triste, porque habemos personas que somos un poco más fuertes pero otras están poquito apagados y los niños pues uno de adulto pues se las aguanta pero los niños es más difícil. Por eso nos han dado apoyo para los niños, se disfrazó alguien de Santa y les vino a arreglar un juguete y una piñata y pues se la pasaron bonito los niños que es lo más importante“, relata.
Liz ahora no se preocupa por la cena de navidad, sino por conseguir una Visa humanitaria de la República Mexicana antes de entregarse a migración y solicitar asilo humanitario, para que en caso de que la deporten no la envíen de regreso a Guatemala.
Manifiesta que algunos de los migrantes que ya se establecieron en Estados Unidos se han entregado a agentes de migración y han solicitado el asilo, sin embargo, el apoyo sólo se lo ha dado a mujeres y niños y a los hombres que las acompañan los deportan a México.
A Liz la acompañan dos varones de 25 y 26 años, y en su caso, ellos pretenden quedarse en México y trabajar para evitar ser deportados. Tras la situación, la familia de Liz podría quedar dividida entre Guatemala, México y Estados Unidos, por eso confía en conseguir el asilo humanitario y poder ayudar a sus hijos a ingresar al país vecino.
Desde el arribo de los 5 mil migrantes de Centroamericanos a Tijuana, el albergue conocido como El Barretal da refugio a cerca de 2 mil personas.
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