Ciudad de México, México.

México, China y Estados Unidos acordaron este jueves trabajar en un instrumento de cooperación para detener el tráfico ilegal del pez totoaba, cuya pesca es una de las principales causas de la depredación de la vaquita marina, una especie mexicana en grave riesgo de extinción.

La vaquita marina, la marsopa más pequeña del mundo, habita únicamente en la región del Alto Golfo de California, en el noroeste de México, y suele morir atrapada en la redes que se usan para capturar a la totoaba, cuya vejiga natatoria o buche seco se vende en Asia para usos medicinales.

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Un kilo de este raro producto, que se consume en sopa, se cotiza en unos 20 mil dólares en los mercados negros de China y Hong Kong, lo que le ha ganado el mote de "la cocaína acuática".

Se calcula que quedan menos de 30 ejemplares de la vaquita en las aguas del Golfo de California.

Funcionarios de los tres países reunidos en Ensenada, Baja California, coincidieron en intercambiar prácticas y experiencias para cooperar en la detención del delito y aprovechar la legislación internacional para potenciar las investigaciones sobre tráfico y comercio de totoaba.

Destacaron también la necesidad de incrementar la capacitación de oficiales de aduanas que, como primeros responsables de impedir el tráfico ilegal, deben contar con herramientas para identificar la especie.

Entre otros temas, se planteó "la declaración de una intención de cooperación entre las partes que podría ser formalizada a través de un memorándum de entendimiento o de algún otro instrumento específico de colaboración internacional", destacó el ministerio de Medio Ambiente de México en un comunicado.

En julio, la ONG Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) entregó una petición, firmada por más de 220 mil personas de todo el mundo, urgiendo al gobierno mexicano a seguir tomando medidas para evitar la extinción de la vaquita marina.

Una de las propuestas del gobierno mexicano para salvar a la especie es utilizar delfines entrenados por la Marina de Estados Unidos para guiar a las vaquitas hacia un refugio donde puedan reproducirse, un plan que se iniciará en septiembre y que expertos consideran riesgoso pero necesario.

Diseño: AFP