La España que quieren los independentistas a su pesar
Una mujer agita las banderas pro-independientes catalanas Esteladas en un balcón con una bandera que hace campaña para el sí en el referéndum de octubre-1 sobre la independencia, el 28 de septiembre de 2017 en Barcelona. Miles de estudiantes se pusieron en huelga hoy en las calles de Barcelona como parte de la movilización permanente de los separatistas catalanes, tres días antes del referéndum sobre la independencia prohibido por la justicia española. / AFP PHOTO / Josep LAGO




Madrid, España.

Las encuestas escasean en la recta final del polémico referéndum de independencia de Cataluña. Según Lluís Orriols, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, esta cita ilegal con las urnas tenía como telón de fondo un progresivo declive del independentismo, sin embargo, la tendencia podría haber cambiado. Eso sí, Orriols considera que el Gobierno central aún puede enderezar el rumbo:

- “En los últimos meses ha habido una recesión, un declive progresivo del independentismo, que ha pasado de sus cotas máximas, que estaban en el 50% y descendió a principios del verano a poco más del 40%, por lo tanto, estábamos en unas franjas bajas del independentismo, pero aún así, suficientemente altas como para poder ganar un referéndum si este referéndum fuera legal y con garantías… El independentismo parte de unas cuotas particularmente bajas con respecto a los últimos años, pero, seguramente, esto se va a ver muy modificado tras los acontecimientos de las últimas semanas y lo que pueda pasar el domingo… Las adhesiones al independentismo es posible que continuen en las próximas semanas a tenor de lo que está ocurriendo porque, precisamente, el independentismo se alimenta en gran parte de la sensación de que España no es reformable. Muchos catalanes consideran que España no se puede reformar. Y también con la sensación de que el Gobierno catalán está siendo agredido o restringido… Lo que está pasando estas últimas semanas parece una constatación o una validación de estos argumentos: España sigue anclada en un statu quo que no quiere cambiar y, para que el Gobierno central recupere las instituciones catalanas para devolverlas al imperio de la ley deberá restringir parte de la autonomía catalana o incluso anularla en la totalidad. Eso va a generar en la opinión pública un efecto contrario… podrá generar un aumento de adhesiones al independentismo”.

Orriols explica que el independentismo tiene un talón de aquiles: los federalistas. Gracias a ellos podrían ganar el referéndum, pero si estos les dieran la espalda, lo perderían:

- “Si simplificamos mucho, podemos encontrar independentistas digamos, puros, incondicionales, que serían alrededor de un tercio de la población catalana, para los que su adhesión al proyecto independentista no depende de la coyuntura. Sin embargo, hay un 10% de independentistas, más o menos, cuya primera preferencia en realidad no es la independencia. Se trataría de ciudadanos cuyo ideal, cuya primera opción sería una España distinta, federal, con una Cataluña con mayores cotas de autogobierno. Sin embargo, ante la constatación de que España no se puede reformar… ante de la tesitura de mantener el statu quo o la independencia, se han sumado a las filas del independentismo”.

- “¿Qué debería hacer el Gobierno central para intentar recuperar la lealtad o la adhesión al proyecto español de estos votantes federalistas? Eso se hace planteando una tercera vía que devuelve la creencia a estos ciudadanos de que España es reformable, de que se puede otorgar a Cataluña mayores cotas de autogobierno.


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